Cincuenta millones de dólares alejan a la Defensa Central del horizonte concordiense

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Con un alto costo y un “no hay plata” como realidad tangible, la Defensa Central que, desde hace tiempo se pretende como la solución para evitar los reiterados perjuicios originados por las no domesticadas aguas del río Uruguay, se aleja del aquí y ahora de Concordia.

El viernes por la tarde, desde el Centro de Operaciones de Emergencias, el intendente de Concordia, Francisco Azcué, informaba que ese último día de mayo de 2024 se había producido la vuelta a su hogar de la última familia evacuada debido a la segunda crecida del río Uruguay en lo que va del año, con lo que se daba por finalizado el Operativo Retorno, evacuaciones que nunca deberían haberse producido si, como se asegura, se hubiera construido la Defensa Central de la ciudad.

Los evacuados

De acuerdo al presidente municipal, con el traslado realizado ese día, alrededor de las 18 horas, se concluía con el calvario sufrido por las 170 familias concordienses evacuadas – registradas tras haber solicitado ayuda al 113, número telefónico dispuesto para la emergencia, aunque otros grupos familiares dejaron sus hogares por sus propios medios-, compuestas por 579 personas.

Además de quienes se refugiaron en domicilios particulares, los damnificados fueron alojados en el Centro de Evacuados “El Refugio”, del barrio Careretera La Cruz; en el Regimiento de Caballería de Tanques 6 “Blandengues”; en el Centro de Evacuados “Promin”; y en los galpones que pertenecieron a la distribuidora de productos alimenticios Bagley, ubicados en inmediaciones de la Estación Central del ferrocarril.

La atención de los inundados implicó una serie de desafíos logísticos y la puesta en marcha de un Centro de Operaciones de Emergencias (COE), mecanismo creado para atender estas y similares urgencias e integrado por diversas entidades intermedias e instituciones como las Fuerzas de Seguridad, las Fuerzas Armadas, la Municipalidad y el cuerpo de Bomberos Voluntarios; asimismo, se requirió ayudas provenientes de los gobiernos provincial y nacional.

Nunca hubo financiación para una Defensa Central

Espejos en que mirar perjuicios y gastos, las ordinarias y extraordinarias crecidas del río han impulsado a vecinos y autoridades gubernamentales a pensar en alternativas que, en el futuro, disminuyan al máximo la inundación de vastos sectores de la ciudad.

La solución, según se ha postulado a lo largo de los años, pasaría por la construcción de una Defensa Central, obra que cuenta con el antecedente de la Defensa Sur, que impide que se aneguen los barrios de ese sector de la ciudad, construida después de una ardua lucha de décadas contra la burocracia y los obstáculos económicos, impulsada por el ya fallecido párroco de Gruta de Lourdes, el Padre Andrés Servín. Con nada, hizo mucho.

El Padre Andrés Servín no detuvo su lucha de años por la Defensa Sur de Concordia.

Con una primera traza construida a partir de 1995, con un proyecto desarrollado por la Dirección de Hidráulica de Entre Ríos – a partir de la idea base de Servín, del primer decano de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Facultad Regional Concordia, Ing. José Florencio Bourren., y de la comunidad de esa zona de Concordia-, la Defensa Sur se perfeccionó, reparó y expandió después de las inundaciones de 2015, extendiendo su efecto benéfico a barrios como el 9 de Julio y el Pompeya Sur.

Un año antes, en 1994, el Ing. Sergio Fontana, de Hidráulica de la Provincia de Entre Ríos, realizó mediciones en inmediaciones de las vías del ferrocarril, entre calles Mitre y Salta, para lo que se pensaba podría ser el germen de una futura Defensa Central de Concordia.

Traza 3

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Cincuenta millones de dólares postergan la construcción de la Defensa Central de Concordia una vez más.

En base a este antecedente y el de la Defensa Sur, en 2016 se consolidaron ideas que flotaban en el imaginario popular y surgió la propuesta de construcción de la Defensa Central de la ciudad, como medida de protección de los barrios Puerto, Vélez Sarsfield, Nébel Sur y Sargento Cabrera, seleccionándose un año después un proyecto que combinaba la protección de las áreas densamente pobladas con cuestiones de cuidado del impacto ambiental e, incluso, paisajísticas, tras un proceso de consulta y evaluación social realizado por la Municipalidad de Concordia, con la participación de integrantes del Programa de Investigaciones en Recursos Naturales y Ambiente (PIRNA) del área de Geografía de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), una unidad de vinculación tecnológica del CONICET denominada Prodyteq y la empresa constructora José Eleuterio Pitón, además de la Comisión Administradora para el Fondo Especial de Salto Grande (CAFESG) y otras organizaciones.

El proyecto – denominado Traza 3, que empalmaba con la Defensa Sur- fue presentado en el Aula Magna de la UTN Concordia, a mediados de diciembre de 2017, y, en ese momento, se consideró que la obra se extendería por tres kilómetros, a una altura máxima de 18 metros sobre la cota del río Uruguay; contaría con tres reservorios y sus estaciones de bombeo destinadas a gestionar las aguas del arroyo Manzores y de las cuencas urbanas denominadas La Rioja y Puerto; implicaría tres modalidades constructivas: terraplén, muro de hormigón y defensa móvil, esta última sería la utilizada en la zona de la costanera y donde se priorizara preservar la vista sobre el río; se protegaría de modo directo a unos 4000 vecinos.

Los expositores fueron Héctor Bazzani y Patricia La Nasa (PIRNA – UBA), Ricardo Castro Díaz (Centro Regional de Geomática, UADER y CONICET), María Eugenia Garat (UTN Concordia) y Luis Lanaro (CAFESG).

En dicha oportunidad, los costos fueron estimados en 37.323.127 millones de dólares.

En febrero de 2019, el proyecto de Traza 3 fue presentado por el entonces intendente Enrique Tomás Cresto al secretario de Planificación Territorial y Coordinación de Obra Pública del Ministerio del Interior de la Nación, Fernando Álvarez de Celis.

Diputados y concejales

También en 2017, la Cámara de Diputados de Entre Ríos declaró, por unanimidad, de interés legislativo la Defensa Central contra las inundaciones de Concordia.

Dos años después, el tema fue puesto en conocimiento del entonces Ministro del Interior, Rogelio Frigerio, por el diputado provincial Alberto Rotman en los primeros días de febrero de 2019.

Otra propuesta relativa al mismo tema recibió tratamiento en la Cámara de Diputados de la Nación, en 2019, solicitándose en la oportunidad que el Ministerio de Economía asignase fondos para la construcción de la obra, a través de la Secretaría de Energía.

En Concordia, en tanto, al Concejo Deliberante ingresó un proyecto de Ordenanza con el objeto de aprobar la traza definitiva de lo que, finalmente, se conocería como la Defensa del Sector Costanero Central.

Sin embargo, aún antes de comenzar la era del “No hay plata”, la propuesta tropezó con la falta de financiación y, si bien un sector de la comunidad se organizó en la denominada Comisión Especial de Seguimiento de la Defensa Central (CESeDeC) y se firmó un Acta de Compromiso Social, no hubo mayores avances.

Obra millonaria

Ahora, el intendente Francisco Azcué expresó al medio de comunicación porteño Infobae que construir la Defensa Central rondaría los 50 millones de dólares – unos 13 millones más que la presupuestada en el proyecto original-, suma que sería imposible de afrontar en soledad por el municipio y que sería la demandada por la inversión inicial, las que se prevé que serían inversiones futuras y los costos de operación y mantenimiento.

Las altas erogaciones habrían decidido al presidente municipal a priorizar los dos ejes de acción que ha venido anunciando últimamente: la revitalización de la zona noroeste y la relocalización integral de las familias que podrían verse afectadas por una nueva inundación, aunque sin descartar de plano la construcción de la Defensa Central en un futuro que, hoy, aparece como indeterminado.

El intendente Francisco Azcué recorre, en una embarcación de la Prefectura, la inundada Costanera de Concordia.

Por este motivo, los avances en busca de soluciones se concentran en el Plan Frente a la Emergencia Habitacional y Ambiental, que apunta a dos proyectos puntuales: la revitalización de la zona noroeste de la ciudad, con epicentro en el barrio Agua Patito, a considerable distancia de la zona costera, y la puesta en marcha de un proyecto de reasentamiento que contempla los barrios Nébel, Belgrano Sur y Villa Busti.

Ambos proyectos fueron elaborados por los equipos técnicos del Instituto de Viviendas y Tierra Autárquico Municipal (InVyTAM), cuya profesionalidad fue puesta de manifiesto por Azcué, quien destacó su experiencia en el desarrollo de proyectos como los desarrollados en el barrio Mujica de la ciudad Buenos Aires.

De todas maneras, con la Defensa Central apenas avizorándose entre las brumas de un futuro incierto, las soluciones para los damnificados no serán inmediatas ya que, según explicó el intendente el 23 de mayo de 2024 al presentarse Plan Frente a la Emergencia Habitacional y Ambiental, serán “uno a mediano plazo, que tiene que ver con relocalización de familias que residen en zonas afectadas, y otro, a largo plazo, con más volumen, donde intervienen en conjunto el gobierno de la provincia de Entre Ríos, el IAPV y el Municipio”.

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