La Cámara de Diputados declaró de interés legislativo la participación de La Angélica en un concurso trinacional de hotelería
Un Proyecto de Resolución presentado por la diputada provincial Carola Laner declaró de interés legislativo la participación, en representación de la República Argentina, del establecimiento “La Angélica” de Concordia, Entre Ríos, como finalista en el Concurso Trinacional de Hotelería Sustentable Hotelga 2024, a realizarse entre los días 28 y 30 de agosto en el Predio Ferial “La Rural”, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
El Proyecto de Resolución fue acompañado por unanimidad por los integrantes de la Cámara.
El mismo, destaca que el concurso del que participará el establecimiento concordiense, aspira a difundir y premiar las mejores prácticas y modelos de gestión que contribuyan al equilibrio entre el turismo, el respeto por el medioambiente, el desarrollo la economía local y el destino; y la diversidad sociocultural e inclusión en el sector hotelero; todos factores que el Establecimiento “La Angélica” considera cardinales, en el día a día, desde sus inicios.
La resolución de interés institucional considera asimismo que la participación es destacable ya que lo hace en única representación de la República Argentina, contando el certamen con la presencia de establecimientos de Uruguay y Paraguay.
El establecimiento “La Angélica” es un emprendimiento de turismo en espacios rurales y Reserva Natural ubicado en el Km 10,5 de la Ruta 015, en el Departamento Concordia; siendo, un histórico establecimiento rural con más de 120 años de historia, donde funcionó el primer tambo y la primera fábrica de yogur de la región.
El mismo ofrece experiencias inolvidables donde se conjuga la gastronomía identitaria, costumbrismo, además del disfrute de espacios de aprendizaje coordinado con guías especializados, que permiten recorrer las 80 hectáreas de ambientes naturales con gran valor como el “Ambiente Palmar”, además de senderos interpretativos, humedales, selva en galería y pastizal.
“Por estos motivos y siendo loable destacar la participación de un establecimiento propio de nuestra provincia, solicité a mis pares la aprobación de esta declaración”, señaló Laner.
Historia de establecimiento La Angélica
La historia de La Angélica se remonta a finales de 1800, cuando su propiedad era de la familia Urquiza. El establecimiento fue nombrado “La Angélica” en honor a una nieta de Justo José. La familia de Urquiza vendió las tierras a los Russo Marco, quienes son propietarios en la actualidad y van por la quinta generación.
El establecimiento abarcaba unas 3000 hectáreas donde desarrollaban diferentes actividades productivas como la ganadería, forestación, quinta cítrica, entre otras.
A mediados de los años 60 se instala el primer tambo estabulado de la región y la primera fábrica de yogur, además de una cabaña de cría de ganado holandés con la mejor genética de Argentina.
Eran mediados de los años 70 cuando los tiempos de bonanza, desarrollo e inversiones llegaron a su fin y, lamentablemente, por diferentes factores (mercado, políticos, socioeconómicos, familiares) La Angélica quiebra.
Pasaron un poco más de 35 años para que el destino le regale otra oportunidad a La Angélica la cual se sostenía desprendiéndose de tierra, ganado y gran parte del tambo modelo que supo ser.
Valeria, cuarta generación de los Russo Marco, con menos de 18 años, hereda formalmente las tierras en el año 2011, luego de volverse al campo a cuidar de su abuela, ya que su padre había fallecido años antes.
En ese momento tenía dos caminos por delante: el fácil, poner en venta el establecimiento, comprar propiedades o realizar distintas inversiones asegurando una vida tranquila. El difícil, tratar de sostener y recuperar un establecimiento que se encontraba con 40 años de abandono total, lejos de la ciudad, familia y amigos, sin contar con los recursos necesarios.
La puesta en valor comenzó trazando pilares fundamentales para el proyecto: conservación, turismo, valor agregado, educación ambiental.
La primera etapa fue recuperar las viejas instalaciones del casco para ofrecer hospedaje en casas de campo. Buscando servicios de calidad respetando la identidad en cada rincón. Con el tiempo incorporaron desayunos con productos regionales. Para esto se vincularon con diferentes emprendedores locales con los que, de manera asociativa, se trabaja hasta el día de hoy.
Relacionándose con distintas organizaciones y ONG´s se trabajó en el proceso de transformación a reserva natural, ya que fueron descubriendo, día a día, el enorme tesoro natural que tenían y creían fundamental proteger.
Este aprendizaje continuo los llevó a crear distintas actividades para los visitantes, las cuales no se encontraban en la región: senderismo, safari fotográfico, observación de aves, senderismo nocturno, fogón y guitarreada, talleres de gastronomía con silvestres comestibles del monte.
También dieron lugar a los primeros guías intérpretes de la naturaleza con los que desarrollaron estas actividades y visitas educativas.
Mientras transitaban el camino de puesta en valor cumplieron varios sueños. Un momento inolvidable fue el día que realizaron las primeras pruebas en la formulación del histórico yogur natural junto al equipo de producción.
En búsqueda de que esas experiencias sean completas lograron desarrollar también una línea de cosmética natural junto a emprendedoras locales. Un momento increíble para los visitantes es cuando las magnolias grandifloras de 150 años florecen en el casco histórico y algunas de sus flores son cosechadas para adquirir su aceite esencial.
En La Angélica, además, se conserva un relicto del antiguo Palmar de Concordia (butia yatay) donde hay senderos y se realizan actividades de educación ambiental. Como miembros de la red internacional Rota Dos Butiazaiz trabajan asimismo en pos de la conservación de dicha especie y su aprovechamiento de manera sustentable.
Actualidad
Hoy, La Angélica cuenta con 5 casas de campo totalmente equipadas, un salón de usos múltiples para 150 personas donde ofrecen eventos sociales y corporativos. Reciben colegios de diferentes localidades y provincias con los que trabaja la educación ambiental.
Además, existe una tienda de regionales con productos propios y de emprendedores locales.
En el establecimiento, trabajan en base a una gestión sustentable trasversal a todos los productos y servicios, invitando a todos los visitantes y colaboradores a sumarse en iniciativas de conservación y cuidado del patrimonio.
En la parte productiva lograron recuperar el histórico yogur artesanal en su fórmula original, elaboramos dulce de leche artesanal, jugos, mermeladas y una línea de cosmética exclusiva.
Los productos están presentes en diferentes ferias y presentaciones nacionales e internacionales acompañando al destino Concordia como sabores identitarios.
Trabajando en la innovación se han presentando productos únicos como el yogur de yatay, vermut con hierbas cosechadas en La Angélica, y vino de yatay, entre otros.
En la parte ganadera están iniciando un proceso de ganadería regenerativa en monte nativo.
Siendo una reserva natural, con 80 hectáreas de ambientes naturales con gran valor como el “Ambiente Palmar”, de senderos interpretativos, humedales, selva en galería y pastizal, ofrecen a los visitantes experiencias inolvidables donde se conjuga la gastronomía identitaria, cultura, bienestar y relax. Todo en armonía con la naturaleza y entorno.
Por todos estos motivos, sus propietarios, Valeria Russo Marco y Martín Campopiano, sostienen que “continuamos este sueño que pensamos con la mejora continua y sustentabilidad como un valor fundamental y bajo la idea que uno no puede amar lo que no conoce, ni proteger lo que no ama. Todos en algún momento de nuestras vidas tenemos la oportunidad de conservar-proteger parte del patrimonio natural o cultural, una historia, una receta, un lugar, una planta. Esperamos que nuestra historia los inspire en tomar la decisión correcta ya que somos responsables de entregar un lugar mejor del que recibimos para futuras generaciones”.