C.G.T. Concordia: La unión antes que el espanto. Que la usura no sea nuestro calvario

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De acuerdo a un informe técnico, se sostiene que, en 2022, se redujo del déficit fiscal primario el 0,7% del PBI y de esa forma el gobierno consiguió cumplir la meta con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al obtener un resultado deficitario de 2,4 de PBI.

Dos motivos fueron determinantes en la caída del gasto que fueron “el recorte de las prestaciones sociales y la baja ejecución de los subsidios a la energía (en paralelo se ejecutó un programa de aumento segmentado de luz, gas y transporte)”.

La resultante de esta medida muestra en forma palmaria cómo la pérdida de las jubilaciones y la suba de tarifas están pagando la cuenta del acuerdo con el FMI. Por tanto no se avizora en el horizonte cercano ningún atisbo de Justicia Social.

En 2022 los salarios registrados perdieron la carrera contra la inflación. El salario promedio acumuló un incremento anual de 89,3 % frente a una inflación de 94,8 %.

En los últimos 5 años, el retroceso salarial es de un 18,7 % y no hubo recuperación hasta la fecha, según datos oficiales que corresponden al RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables), que muestran una fenomenal caída del salario real entre los trabajadores registrados. La pérdida aún es mayor entre los trabajadores no registrados (desempleo, trabajo precario, subempleo, etc.).

La gran inflación que sufre el país frustra cualquier posibilidad de crecimiento.- “Honrar la deuda”: dudoso y objetable eufemismo que cantan a coro los intermediarios locales de las trasnacionales financieras. Sí,pero ¿A qué costo?

Si bien en cierto que Argentina debe cumplir con el compromiso asumido ante los organismos mundiales de préstamo que se manejan con una premisa mecanicista de relojería de gran precisión y metas solamente lograda por ellos y su siempre aceitada ingeniería usuraria ,es obsceno e inmoral que el ajuste lo paguen los sectores más vulnerables de la sociedad. El déficit fiscal proviene por otros puntos cuya responsabilidad le corresponde a la política.

La clase gobernante se muestra impávida y desmovilizada frente a esta crisis (económica, social y política) difícilmente comparable en la historia nacional, que denota una parquedad alarmante e indolente, cuando se fomenta la discusión de temas ajenos a la realidad y su circundante embate constante de permanente desatino en las acciones de la cosa pública con insalvables desaciertos que acentúan la crónica debilidad institucional e imprevisibilidad que padece nuestro país.

Los trabajadores y los jubilados no son culpables de esta situación. La inflación no es una sensación, es un hecho. El concepto de inflación está asociado a un proceso de aumento continuo de todos los precios de los bienes y servicios de una economía, y está generalmente explicada por exceso de demanda inducidos por políticas fiscales y monetarias irresponsables. Se viene acelerando año a año. Sufrimos un problema grave de base. La culpa no son las expectativas, pero las expectativas se generan cuando hay un mal proceso económico.

Más de una vez C.G.T. R.A. ha convocado a emprender la verdadera unión de absolutamente todos los sectores institucionales de una comunidad organizada para sacar a nuestra Nación de este estado de crisis crónica. De continuar andando en esta sinuosa senda el año en curso nos encontrará en medio de un escenario de altísima conflictividad social.

Consejo Ejecutivo

C.G.T. Regional Concordia

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