Cayó el precio del pollo en la industria y esperan que se traslade al consumidor

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En las últimas semanas tuvo una caída del 35% y esperan que al público se estabilice en $650 el kilo.

Después de un aumento de casi un 40% en marzo pasado, causado por las temperaturas extremas que redujeron la oferta, el precio del pollo disminuyó en torno de un 35% en los últimos 20 días.

Había tocado en su momento, a salida de la industria, los $500 el kilo. Según manifestaron en el sector empresario, esperan que esta caída del precio se traslade a la venta al público, lo que debería resultar en valores de alrededor de $600 a $650 por kilo en comparación con los hasta $900 que se ofrecían anteriormente.

“Las olas de calor de principios de año afectaron la producción de huevos fértiles y la fertilidad de los gallos, lo que resultó en una menor cantidad de pollitos. El porcentaje de nacimiento de huevos incubados suele ser del 82%, pero con el calor el porcentaje disminuyó a un 75%”, indicó a La Nación, Joaquín de Grazia, vicepresidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA).

El empresario sostuvo que también influyó la alimentación y el peso del animal. “Debido a las altas temperaturas durante la crianza, los pollos no crecieron como se esperaba, lo que generó que durante dos meses su tamaño sea mucho menor al que el público argentino busca”, explicó.

Según detalló, el tamaño cayó entre un 15 y un 20% respecto de lo que el mercado argentino consume. El peso normal del ave viva para el mercado interno debe ser de tres kilos y pasó a dos y 2,5 kilos. En este contexto, el empresario explicó que “bajó la oferta y el precio reaccionó en función de esa disminución”.

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Sin temperaturas extremas, aumentó la producción pero la demanda se mantuvo estable, por lo que bajó el precio del pollo.

En rigor, en marzo último el precio del kilo del pollo desde la industria a la carnicería trepó de $355 a $500 más IVA y al consumidor pasó a entre $700 y $2000, según el corte que se lleve el público.

A mayor oferta, menor precio del pollo

Con la mejora de las condiciones climáticas, se volvió a cumplir con los estándares del consumidor. “Cuando las temperaturas extremas terminaron, la oferta de pollos volvió a subir entre un 15 a 20%. Los pollos volvieron a cumplir con los tamaños que el público argentino busca y también aumentó la producción. Como aumentó la oferta y la demanda permanece estable, bajó el precio”, dijo.

En la misma línea, Roberto Domenech, presidente de CEPA, manifestó: “El precio se empezó a estabilizar después del aumento que hubo por los efectos de las altas temperaturas. Fueron 40 días que hubo que poner a dieta a los pollos porque con el calor corríamos el riesgo de que se murieran todos si comían a discreción. Esto hizo que, cuando el pollo tenía que pesar aproximadamente tres kilos, terminó pensando 2 kilos o 2,400 kilos. Ahí se produjo un faltante muy grande y aumentó el precio”.

Para Domenech, la baja del precio se debería reflejar al público. “El precio debería ser $650 el kilo, pero se ofrece al público a entre $650 y $800 ″, dijo.

Sergio Pedace, carnicero y vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), sostuvo que en diciembre pasado el cajón de pollo fresco de 18 kilos valía 6500 pesos. “En marzo pasó a valer $13.000 y actualmente está a $8000. El pollo se vendía a $900 y ahora se puede ofrecer a $650 el kilo. Hay mucha oferta de pollo, pero la gente está comprando muy poco en las carnicerías por la situación económica”.

Efecto gripe aviar

Por otro lado, luego se detectó gripe aviar en el país y algunos mercados no se terminaran de recuperar, aunque aún esto no influyó en el precio, indicó Domenech. Pero alertó que podría comenzar a impactar este mes porque “va a mercado interno parte de lo que no se exporta”.

Si bien el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) inició un trabajo de negociación con los países compradores para restablecer los mercados, el presidente de CEPA indicó que los siete principales mercados, que representan el 82% de las exportaciones, están cerrados total o parcialmente. Estos son China, Chile, Sudáfrica, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos [parcialmente], Vietnam y Brasil.

El año pasado, la Argentina envió al mundo carne aviar por US$383 millones. El 75% fue a China y luego siguieron en importancia Arabia Saudita y Europa. Japón, en tanto, adquiere más ovoproductos y lo hace por unos US$6 millones.

En este contexto Domenech advirtió sobre el impacto. “En marzo del año pasado, las exportaciones fueron de US$32 millones, mientras que en marzo de este año fueron de US$7 millones. En abril, se espera que la cifra disminuya aún más, probablemente entre un 80% y un 90%”, alertó.

De Grazia, que además es propietario de la firma Granja Tres Arroyos, que cubre el 40% de las exportaciones argentinas, explicó que con la gripe aviaria dejaron de producir el pollo chico que destinaban para la exportación.

“Un 80% lo enviábamos a Medio Oriente y lo dejamos de producir. Ahora que se han abierto algunos mercados como Yemen, Emiratos Árabes y Sudán, hemos comenzado a producirlo nuevamente. A pesar de ello, aún estamos esperando que se abra el mercado en Arabia Saudita, que es el más demandante”, dijo.

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