Coparticipación: teléfono de Milei para Frigerio
Apenas conocidos los resultados del balotaje del domingo, el gobernador electo de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, posteó en X (anteriormente Twitter) un mensaje de felicitación para el presidente electo Javier Milei.
“Felicitaciones, @JMilei. Tenemos un enorme desafío por delante, vamos a trabajar juntos por el bienestar de los entrerrianos y de todos los argentinos. Comienza una nueva etapa”, escribió Frigerio.
Y, verdaderamente, el desafío es enorme y el trabajo conjunto imprescindible si es que se quiere traer certidumbre para las cuentas provinciales.
No obstante, el primer escollo está ahí, presente aún antes del periplo que ambos inician el próximo 10 de diciembre: ¿Qué pasará con la coparticipación de impuestos que realiza la Nación a las provincias?
Si bien, tras el balotaje, Milei no brindó mayores precisiones al respecto, en la primer quincena de setiembre de este año, dirigentes libertarios – con la participación de Bertie Venegas Lynch, el pariente liberal del Che Guevara-, con la promoción de la vicepresidenta electa Victoria Villarruel, presentaron en la Cámara de Diputados bonaerense el denominado “Programa: Desigualdad fiscal entre provincias y Mecanismos de salida del Régimen de Coparticipación Federal de impuestos”, elaborado por la Asociación Argentina de Contribuyentes (AAC), un nucleamiento afina a La Libertad Avanza, que podría tomarse como posible prefiguración de lo por venir.
Cabe aclarar que el presidente electo aún no ha definido claramente si reformar o eliminar la coparticipación federal, el sistema por el que -idealmente- se repartiría de forma equitativa la recaudación de los impuestos federales con las provincias -; pero, tanto una opción como la otra implicarán variaciones fundamentales a la hora de pagar sueldos o financiar la salud, la seguridad, la obra pública y la educación en los estados provinciales, entre otras erogaciones.
Líneas fragmentarias
A pesar de lo fragmentario de la información disponible para quien no forme parte de la manada leonina, parecen existir algunas líneas fundamentales que guían el planteo libertario:
- El actual régimen de coparticipación sería injusto al discriminar a algunas provincias para favorecer a otras.
- A pesar de ello, no se garantizan las mismas posibilidades de desarrollo e igualdad de oportunidades para todos.
- La propuesta es que cada provincia deberá habérselas con sus propios recursos, es decir, su autonomía y responsabilidad en las decisiones de gastos dependerá de cuál sea su capacidad recaudatoria.
- Mínimo de coparticipación (que desde un punto de vista libertario, actualmente favorecería la concentración de potestades en el gobierno central vía dependencia fiscal y económica de las provincias, socavándose el sistema republicano) y máximo de federalismo fiscal (esto último relacionado con el punto anterior –dependencia de lo propio- y cuyos orígenes se remontarían a la Constitución de 1860).
- La descentralización favorecería la competencia entre los estados provinciales para atraer inversiones, para lo cual sería necesaria la reducción de la presión tributaria y mejorar la calidad (o, en otros términos, la reducción) del gasto público.
- Posible consulta a la ciudadanía sobre una salida del régimen de coparticipación.
- Dos escenarios para que las provincias abandonen el sistema: jurídica, una, y política, la otra. La primera implicaría que las distintas jurisdicciones acudan a la Corte Suprema de Justicia y reclamen – a través de recursos de inconstitucionalidad de la Disposición Transitoria Sexta de la Constitución Nacional- la libertad de quedar en o salir del esquema coparticipable. La segunda abriría el camino a una salida negociada.
Lo que está puede modificarse
Ante este panorama, es necesario tener en cuenta que la Ley N° 23 548 estableció desde el 1° de enero de 1988 lo que no es otra cosa que un Régimen Transitorio de Distribución de Recursos Fiscales, pasible por lo tanto de ser reformulado, como de hecho lo fue a lo largo del último cuarto de siglo, una de las últimas veces en 2017 con el llamado Consenso Fiscal.
No obstante, existe cierto grado de fijeza en lo que se denomina coparticipación primaria, es decir, lo que se reparte entre la Nación y la totalidad de las provincias, ya que está estipulado en la ley mencionada que los recursos corresponden en un porcentaje del 42,34% a la primera y en un 56,66% a las segundas.
De todos modos, el porcentaje que recibe cada jurisdicción provincial se fue modificando a partir de la incorporación de nuevos impuestos y fondos especiales, cuya distribución se realiza de forma automática y a diario.
En consecuencia, sin detenernos en el análisis de la evolución histórica de la distribución entre las provincias de la denominada coparticipación secundaria -el 56,66% que les corresponde por ley-, conviene tener presente que no existen criterios demográficos ni de extensión territorial que sirvan de base al reparto de lo que va para cada una de ellas.
Al respecto, de acuerdo a lo que manifestara al sitio web Chequeado el director del Instituto de Investigaciones de la Bolsa de Comercio de Córdoba, Ariel Barraud, “la ley no explica de qué dependen los porcentajes que van a cada provincia, sino que se negoció políticamente”, es decir, no premia a quienes tuvieron un buen comportamiento fiscal.
En cuanto a los montos involucrados, en el caso de Entre Ríos – para dar un ejemplo de a qué se hace referencia al hablar de la coparticipación de la Nación a la provincia- solo en el mes de octubre de 2023, le correspondieron $ 69.527.000.000 de transferencias automáticas por coparticipación, leyes complementarias, y compensaciones, lo que resultó en una tasa de variación nominal interanual positiva del 124,1% y una tasa de variación real interanual negativa del -8,9%, según el informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), del 1° de noviembre de este año.
Así las cosas, el gobernador electo deberá apelar a todas sus habilidades de negociación política ante las posibilidades de reforma o, lisa y llanamente, supresión del régimen de coparticipación.
Y, aunque el modo en que se procesarán los cambios aún no se conoce, que la coparticipación no va a quedar como está es algo decidido.
Queda barajar alternativas para cuando la motosierra se ponga en marcha.