La recuperación del trabajo: de la utopía a la realidad

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Nuestra querida Argentina está gravemente herida. La pandemia ha desnudado sus crónicas y sistémicas falencias como República. En un tenso y peligroso equilibrio vamos transitando una senda entre el abismo económico y el sanitario. El costo de los gravísimos desaciertos de la clase política lo está pagando la comunidad trabajadora. El funcionariado no ha cedido un ápice a sus privilegios y gratificaciones. La tremenda inseguridad imperante se impone con una veracidad descarnada. Los presos están libres y los ciudadanos confinados tras las rejas. A los trabajadores no se les paga sus haberes o lo perciben en cuotas y los salarios no alcanzan a cubrir las necesidades mínimas. Se advierte una alarmante improvisación oficial Los altísimos niveles del costo de la política muestran en forma palmaria su faceta inmoral de desigualdad en una sociedad sufriente que es receptora impotente de un continuo acoso impositivo con impresionantes valores confiscatorios. Un político se muestra orgulloso de haber sido Presidente de la Nación Argentina por una semana y percibe la nada despreciable suma de $529.749 de jubilación mensual ¿Cómo se siente, sufre y pervive un jubilado que aportó por 30 o 40 años al sistema y no alcanza a percibir el costo de una canasta básica? La degradación de la política en su estado puro. Éste es el verdadero escenario del grotesco teatro de la ignominia y la desidia. La política: el arte de lo posible.

El escenario no puede ser peor. La matriz profesional de la actividad privada está bajo debate ante las pérdidas de fuentes de trabajo. Ni siquiera el blindaje del empleo con la doble indemnización logra detener la sangría de los despidos. Las bajas se producen en el sector privado, en el mixto y en el público. Los acuerdos de precios y salarios ya son historia. Manda hoy la supervivencia laboral. Mal puede el estado controlar la evasión y poner coto al creciente desempleo y la informalidad en el trabajo cuando el mismo estado, tanto nacional, provincial y local están infringiendo la ley poniendo en práctica lo que la legislación vigente denomina fraude laboral con contratos transitorios de larga data en la administración pública. Los recientes despidos de trabajadores del estado en la región así lo certifican.

Se habla de la pospandemia cuando todavía no hemos derrotado a la pandemia. Se habla del regreso a la normalidad cuando todavía no podemos superar este difícil presente social, económico y sanitario.

La utopía de un futuro mejor. La única verdad es la realidad. La peste nos está llevando a nuestros seres queridos. El confinamiento y la angustiante situación que impera nos enferma el alma. Las paralelas de la salud y la economía siempre se tocan y los ejemplos de moderación, esfuerzo y solidaridad de la clase gobernante no aparecen en el firmamento político. «Todo está igual. Nada ha cambiado. Hasta el horizonte es el mismo pero nosotros los de entonces, ya no somos los mismos».

Consejo Ejecutivo C.G.T. Regional Concordia

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