De Bélgica a Entre Ríos en busca de buenos quesos

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Una estudiante belga realiza una pasantía y elabora una hoja de ruta para productores queseros. Valora la impronta artesanal y el buen sabor de los productos de la zona.

Desde hace unas semanas, varios productores tamberos y queseros del departamento Nogoyá reciben la visita de Flore Victor, una estudiante de Bélgica que viajó a Entre Ríos en busca de los secretos de los buenos quesos y elaborar su tesis en base a entrevistas a tamberos, comerciantes y entidades gubernamentales.

Flore tiene 24 años y se define a sí misma como una chica extrovertida, que no le da miedo saltar y arriesgarse. “Puedo ser testaruda pero eso también quiere decir que lucho y me esfuerzo a hacer un buen trabajo. Estoy dispuesta a aprender a enriquecerme, a viajar y a disfrutar de la vida”, reflexionó Flore al ser entrevistada por Paralelo 32.

En Bélgica, Flore realiza un máster de ingeniería agrónoma especializada en alimentación típica, sellos de calidad y desarrollo territorial.

“Es un máster que trata sobre alimentos y la valorización de ellos, entonces tenía que terminar la carrera con una tesis y en la búsqueda fui pensando en venir a América Latina, porque aquí tienen otra forma de trabajar y valorizar y desarrollar los productos típicos”, destacó al dar cuenta de cómo se gestó su idea de llegar a Argentina.

“Me interesó tomar otra perspectiva y aprender, entonces me puse en contacto con unos de mis profesores de Francia y él me puso en contacto con Silvina Butarelli (integrante del INTA Nogoyá) para comenzar a trabajar en la valorización de los quesos de Nogoyá, sobre todo en los que son de tipo sardo. Así llegué hasta aquí”, manifestó.

A la hora de hablar específicamente de su labor como estudiante, Flore reconoce que hay muchas diferencias entre la producción de aquí y la de su lugar de origen, “más que nada porque allá está todo regularizado, con mucho saneamiento e higiene; y aquí todo es más artesanal, la gente produce en su casa en infraestructuras pequeñas, pero es gente que lo hace con mucho amor y energía y hacen un producto muy bueno” definió.

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Silvia Butarelli (a la izquierda), integrante del INTA Nogoyá, y Flore Victor (a la derecha). La joven viajó de Bélgica a Entre Ríos para conocer los secretos de los productores queseros de Nogoyá.

Ampliando el concepto, la estudiante que hasta agosto estará de visita y recorrida por el ámbito quesero de la región, contó que en su país la gente valoriza lo local, lo típico y lo que tenga identidad, “en cambio aquí en Nogoyá, gran parte de los productores y comercializadores apuntan al volumen, a pagar bajo precio por un producto. Lo que se debe en parte a la situación económica del momento. En Europa gran parte de estos productos se protegen con un sello de calidad para valorizar el producto, proteger su origen. No solo por el hecho de ganar más, sino porque les gusta lo que hacen y para que la gente note el esfuerzo que se pone en ese producto”.

Hay buena calidad en quesos

En la entrevista se pidió a Flore que brinde un concepto general sobre los productos que nacen en Nogoyá y afirmó que son de muy buena calidad, “son quesos muy buenos por los que la gente no paga mucho. Hay productores que están intentando luchar por recibir un mejor precio, valorando su producción, pero también uno se encuentra con todas situaciones. Veo un punto de buena calidad y sabor muy distinto. Aquí todo el mundo consume el queso bastante fresco y allá estamos acostumbrados a consumirlos más estacionados, ya que se tratan de quesos de leche cruda y necesitan más días para que se desarrollen los gustos”.

“La leche sin descremar otorga aquí un gusto particular, las vacas pastorean al exterior, lo que transmite muchas cosas buenas al queso, como aromas, micro flora, entre otras”, indicó.

La calidez en el recibimiento

Flore no dejó escapar la manera en que es recibida en cada establecimiento que visita.

“La experiencia con los productores es increíble. Me siento afortunada de haber venido aquí y conocer esta realidad, todos me han recibido muy bien. Algunos tienen miedo porque creen que vengo a controlarlos, pero yo lo único que quiero es ver el trabajo que hacen, el esfuerzo que le ponen y reflejar que es gente que trabaja todo el año, mañana y tarde. Son familias pequeñas que nos reciben, a pesar de todo ese trabajo, nos dan a probar su queso, nos cuentan todo lo que ha pasado y siguen sonriendo. Yo lo admiro”, sostuvo.

¿Cómo sigue su trabajo?

La tesis de Flore transita la mitad del camino proyectado, luego de las entrevistas a productores, vendrá un trabajo de campo en despensas, comercios y acopiadores para entender ese aspecto.

“La entidades gubernamentales también serán entrevistadas para luego entrar en una etapa más de taller con los productores y visitar otras regiones para entender cómo ellos tratan con los problemas, basados en trabajos experimentales del INTA realizados en el norte del país”, remarcó.

A este trabajo, más allá de su contenido académico, Flore lo considera como una herramienta que brinda al productor.

“No solo es una puerta al comercio, sino que también busco que se valore el producto que se vea al queso sardo como algo típico de la zona, que estén orgullosos de este queso, no solo los productores sino también los consumidores, que se muestre el lado económico pero también lo humano”, concluyó.

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