De Concordia a la elite del Seven Mundial  

Hincado, de izquierda a derecha, la felicidad plena del entrerriano Juan Martín Galarraga, al componer un staff de elite como el que presentan Los Pumas 7’s, un equipo de primer nivel mundial.
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Juan Martín Galarraga nació en Concordia hace 35 años y desde que comenzó a estudiar Educación Física en Buenos Aires, fue construyendo una carrera que fue en pleno ascenso. Desde septiembre asumió como PF de Los Pumas 7’s, elenco que alcanzara el bronce en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio. El concordiense dio cuenta del desafío que atraviesa.

La vida de cada quien puede dar giros inesperados o bien, sumamente buscados. Tal es el caso del concordiense Juan Martín Galarraga, quien fue trazándose metas y paso a paso, con un trabajo serio, notable talento y mucho sacrificio, no paró hasta alcanzar cada objetivo, posicionándose hoy en la elite del Seven Mundial.

Este entrerriano fanático del rugby desde siempre, esposo de Damasia, papá de Maite (2 años) y Fermín (cuatro meses), siempre fue un convencido de todo lo que hizo.

De Concordia a la elite del Seven Mundial. Parte I.
De Concordia a la elite del Seven Mundial. Parte II.

Con una trayectoria intachable pese a su corta edad (35 años), Galarraga se convirtió en el Preparador Físico de Los Pumas 7’s, un seleccionado de primer nivel mundial que va por grandes aspiraciones. Entre otras, revalidar en París 2024 lo conseguido en los Juegos Olímpicos de Tokio.

“Al terminar la escuela secundaria decidí irme a Buenos Aires verdaderamente a jugar, pero con la excusa de estudiar Educación Física… y ahí empezó todo”, contó -entre risas- en declaraciones a Mirador Entre Ríos.

– ¿Cómo fue tu incursión en el rugby de Buenos Aires?

-Cuando arribé a Capital, tomé la rara decisión de ir a jugar a Pucará. Digo rara porque el club me quedaba muy lejos, así que tenía que viajar desde el centro, donde vivía, hasta Burzaco, casi a diario. Es decir, tenía que recorrer casi unos 40 kilómetros para practicar. Allí estuve cuatro años, viviendo una grata experiencia, pero por las distancias, se me hacía muy pesado.

Estudié Educación Física en el Cenard, donde un profesor me invitó a un proyecto nuevo, que era el de Saint Brendan’s Rugby Club. Se trataba del equipo de un colegio, que buscaba desarrollarse como club. Ahí me sumé con gente de Tucumán, Chubut, Rosario, Salta… Era una institución bien Federal. De hecho, llevé varios amigos de Concordia también. Ahí estuve varios años. Hoy día, incluso, mi grupo de amigos son todos de Saint Brendans. Hasta el 2015 estuve ahí, jugando. A la par, trabajaba en varios colegios. Y empecé a trabajar en el colegio Argentina Modelo. Es el colegio del Club San Carlos, de Buenos Aires también. Empecé a trabajar en la escuela y de pronto me sumé al club, desempeñándome con las divisiones juveniles. Era PF, pero tenía mucha injerencia en la parte del juego. Mientras que después de varios años ahí, me ofrecieron ser el Preparador Físico de la Primera División de San Carlos. Fue ahí que me tocó tomar una decisión clave, que tenía que ver con si quería dedicarme al rugby como entrenador o, bien, a los números. Así que no lo dudé y avancé con el desafío de ser el PF de un gran plantel. Tuvimos tres años muy buenos, pero en un momento sentí que necesitaba algún desafío superador. Siempre digo, que a veces la comodidad mata. Fue ahí que me contactaron del CUBA, donde me dieron por tres años la preparación física del todo el club. Ahí empecé con un proyecto serio y desde lo personal, muy convencido de lo que quería. En esa institución me encontré con un gran ‘monstruo’ del rugby. Un club enorme en todo sentido. Remamos muchísimo, levantando en todo hasta ser campeones, en 2021, con una preponderancia clave de la preparación física.

– Y la oportunidad de ser el PF del seleccionado argentino de Seven, ¿Cómo llegó?

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Juan Martín Galarraga, el concordiense que es parte de la elite del Seven mundial.

-Fue un poco de todo. Una cosa fue llevando a la otra. Trabajé en la URBA, en la parte de rugby; fui pasante de la UAR, donde hice el curso de Alto Rendimiento que se estaba armando… En líneas generales, fui haciendo una carrera en el rugby de Buenos Aires, principalmente, hilvanando mi propio camino.

Después de los Juegos Olímpicos, el preparador físico de Los Pumas 7’s decidió dar un paso al costado, así que mi nombre empezó a dar vueltas por ahí. Entonces empecé a charlar con Santiago Gómez Cora (el entrenador), sobre lo que yo hacía, cómo trabajaba y demás.

La propuesta profesional del Seven es súper atractiva. El Seven es muy físico. Este es para mí, un gran desafío. Desarrollar un proceso de tres años, con jugadores jóvenes que se entrenen pensando en los Juegos Olímpicos de París 2024, es algo fascinante.

No obstante, estar casi 170 días del año afuera de casa, entre el Circuito Mundial y concentraciones, no es sencillo, pero mi familia me apoyó en la decisión.

Me preparé durante tres meses para asumir, aprovechando que no hubo competencia, hasta que en las pasadas etapas de Dubai, tuve mi primera oportunidad oficial junto al seleccionado.

– ¿Cuánto cambió la preparación física del rugby en estos últimos años? ¿Cómo es el trabajo actual con un equipo tan competitivo como son Los Pumas 7’s?

-La preparación física evoluciona con el deporte todo el tiempo. La tecnología está cada vez más metida en nuestro deporte. Siempre fui preparándome para estar a la altura, ya sea con el tema de los GPS u otros programas de primera línea. El seleccionado nacional cuenta hoy con todo lo necesario para estar a la altura y explotar a sus jugadores al máximo.

Lo que se busca en general, sigue siendo explotar al mayor nivel las capacidades de cada jugador. Y, en el caso puntual del Seven, el objetivo también pasa por brindarles herramientas a nuestros jugadores para que puedan recuperarse en vistas al partido siguiente, ya que en cada día de competencia tienen al menos tres encuentros. En el Seven, desde que terminó un partido, hasta la entrada en calor del siguiente, es una carrera para ver qué equipo se recupera mejor.

Salto Grande lo vio nacer

El Club Salto Grande, por donde pasara incluso el actual forward de Los Pumas, Marcos Kremer, fue la entidad de origen de Juan Martín Galarraga.

“No estoy yendo tanto a Concordia últimamente por una cuestión lógica de estar tan avocado al trabajo que tengo en Buenos Aires y ahora a Los Pumas 7’s, pero sigo muy vinculado, con amistades, con el club… Cuando me salió esta oportunidad de integrar el staff del seleccionado argentino de Seven, lo primero que hice fue llamar a mis primeros entrenadores y compartirles la novedad. Hablé con Mariano Zalazar, Marcelo Vidal, entre otros… con ellos, de chico hablaba sobre las posibilidades en el rugby y la verdad, ahora que estoy de este lado del alto rendimiento, no dejo de recordar mis raíces. No me olvido de quienes fueron parte de formación”, remarcó.

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