Ferretería cercana a la Comisaría Cuarta y a la Escuela San Martín involucrada en la venta ilegal de armas y municiones

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Luego del ataque a balazos a la salida de un boliche en la Costanera de Concordia, este martes se realizaron más de quince allanamientos en distintos sectores de la ciudad; uno de ellos se efectuó en una ferretería, ubicada en la intersección de calles República del Paraguay y Concejal Veiga, la que estaría involucrada en la venta ilegal de armas y municiones.

En ese lugar, ubicado a en las inmediaciones de la Comisaría Cuarta y de la escuela San Martín, la policía secuestró alrededor de una docena de armas y un elevado número de municiones.

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Una ferretería del barrio Universidad de Concordia realizaría la venta ilegal de armas y municiones, como las utilizadas en balaceras en la costanera.

Los procedimientos fueron ordenados por el Juez de Garantías de Concordia, Darío Mautone, y solicitados por la fiscal Julia Rivoira.

En la ferretería, se secuestraron trece armas de fuego (dos armas cortas Cal. 9 mm y 11 armas largas de diferentes calibres); 1.374 cartuchos; 32 teléfonos celulares; una moto Yamaha Titan; y plantas de marihuana.

Durante la investigación acerca de la balacera a la salida del boliche de la costanera habrían surgido indicios de que parte de la munición utilizada en las balaceras ocurridas en Concordia provendrían de ese comercio, siendo la ferretería una máscara para la venta ilegal de dichos elementos.

Asimismo, se habría determinado que el propietario del comercio tendría el rol de proveedor de la munición ilegal, que era comprada y, posteriormente, revendida a los delincuentes de distintos barrios de la ciudad.

También, se investiga si la cartuchería utilizada en delitos cometidos en años anteriores también había sido adquirida en ese lugar.

El procedimiento dejó en claro la existencia de un creciente circuito ilegal de comercialización de armas de fuego que, de acuerdo a los investigadores, está relacionado con la venta y consumo de estupefacientes.

Este circuito de ventas de armas se alimentaría de aquellas sustraidas a particulares de los domicilios que fueron objeto de robos o de las fuerzas de seguridad, muchas de las cuales podrían haber sido las denunciadas como extraviadas, lo que abriría nuevas líneas de investigación.

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