Jean Baptiste Charcot: el puerto de Havre le consagra una muestra a uno de los grandes exploradores de la Antártida
El Museo de Historia Natural de Havre (Francia) propone una exposición consagrada al explorador francés Jean Baptiste Charcot, célebre por sus expediciones a la Antártida, en el Polo Sur, a principios del siglo 20. Radio France Internacional visitó la muestra de este pionero de las exploraciones polares, personaje por cierto muy querido en Argentina.
¿Se imagina usted partir en un buque velero del puerto de Havre en Francia y llegar al Polo Sur, a la Antártida para quedarse ahí durante el invierno polar durante nueve meses y luego regresar? ¿Y hacer eso en 1903? Pues es lo que llevó a cabo el explorador francés Jean Baptiste Charcot y una tripulación compuesta de científicos y marinos, a bordo del velero el Français y después, en 1908 en otro velero, el Pourquoi Pas.
Jean Baptiste Charcot es considerado el fundador y pionero de las exploraciones polares francesas. Médico de profesión, como su padre, el célebre neurólogo Jean Martin Charcot, su gran pasión era el mar llegando a convertirse en oficial de la marina.
También fue deportista de alto nivel, sobresaliendo en el rugby y las regatas. Tenía una fobia por los países demasiado cálidos y eran más bien los paisajes polares los que lo fascinaban.
En 1902, navega hacia Islandia y atraviesa por primera vez el círculo polar ártico y se acerca a los glaciares. Pero es en el polo sur donde Charcot va a llevar a cabo sus dos expediciones más ambiciosas y prolongadas. Ambas partieron del puerto de Havre, en Francia.
Y es en esta ciudad, en el museo de historia natural que actualmente se puede visitar la muestra titulada “La Aventura Charcot, del Havre a la Antártica” concebida por Agnès Voltz, la curadora y gran especialista de la fotografía: “En realidad, son las dos expediciones más importantes que hizo Charcot, ya que en ambas se hizo una invernada, es decir, se pasó allá todo el invierno. Cada misión duro dos años. Las expediciones que Charcot hizo después de la primera guerra mundial, en el polo norte, en Islandia, en el Ártico, son mucho más cortas, sin invernar. En todas lleva consigo científicos, pero no son tan espectaculares como las dos que hizo a la Antártida.”
Cabe aclarar que Antártida es el término más utilizado para referirse a esa región del Polo Sur, pero en Chile se dice Antártica. De ahí que ambos términos sean correctos.
La muestra refleja con fotografías y objetos las dos expediciones polares. La primera tuvo lugar en 1903 a bordo de una goleta de 30 metros que Charcot mandó construir y a la que llamó simplemente el Francais. El barco zarpó del puerto de Havre el 22 de agostode 1903 e hizo varias escalas, en la isla portuguesa de Madeira, pero también en Buenos Aires, a donde llegó el 16 de noviembre, y en donde por cierto fueron muy bien recibidos.
Después de meses de travesía, la goleta el Français llegó a la Antártida para pasar el invierno austral en la isla de Booth.
La exposición muestra objetos cotidianos, como un suéter en lana conservado asombrosamente bien perteneciente a Benoît Boland, uno de los tripulantes. O fotos “publicitarias” como la de dos miembros de la tripulación degustando una champaña Mumm. Para financiar sus expediciones, Jean Baptiste Charcot proponía este tipo de operaciones.
En la muestra se ve también una foto del cerdito “Toby”, un regalo de los argentinos y que fue la mascota de la tripulación durante toda la expedición.
Jean Baptiste Charcot era también un gourmet y el buen vino y las buenas viandas no faltaron en ambas expediciones para motivar a su gente.
La muestra exhibe una maqueta de la goleta el Pourquoi Pas, que Charcot mandó a construir para la segunda expedición de 1908. Su segunda esposa, Meg Cléry, lo acompañó en su travesía hasta Buenos Aires, dejando a su niña con una nodriza en Havre. La primera esposa, Jeanne Hugo, nieta de Victor Hugo, le pidió el divorcio a su regreso de la primera expedición.
En la segunda expedición el Pourquoi Pas va a invernar en la isla de Petermann. En ambas expediciones van a llevar a cabo diversas mediciones científicas, como la temperatura del aire, la salinidad del agua, el viento, la humedad. De regreso a Francia el equipo trajo una gran cantidad de muestras y registros de ese lugar, también muchas informaciones a nivel cartográfico y topográfico.
Las dos goletas de las expediciones, el Français y el Pourquoi Pas tuvieron diferentes destinos, como relata Agnès Voltz: “De regreso a bordo del Français, Charcot y su tripulación volvieron a pasar por América del Sur, pero el barco se había dañado al chocar con una roca y en Buenos Aires se observó que el navío no estaba en buen estado para hacer toda la travesía de regreso. Charcot y su tripulación regresaron entonces a bordo de una compañía naval…el gobierno argentino adquirió el Français, lo reparó y lo rebautizó el Austral, y funcionó durante un tiempo para tomar las medidas de las estaciones de meteorología que había entre Argentina y la Antártida. Para la segunda expedición, sí pudieron regresar con el Pourquoi Pas y llegaron a Rouen el 4 de junio de 1910, recibidos con bombos y platillos, se calcula que había 20 mil personas en los muelles.”
Muchos años más tarde, en 1936, Jean Baptiste Charcot muere trágicamente a bordo del Pourquoi Pas en Islandia, durante una tempestad que hizo naufragar la embarcación.
Pero la importancia de Charcot permanece, como recalca Agnès Voltz: “Charcot fue el primer francés que se interesó en los polos y gracias a él Francia entró en esa conquista, no en una conquista territorial, pero una conquista científica. Esta incursión que va a continuar Paul Emile Victor, fundador de Las Expediciones Polares Francesas, hoy el Instituto Polar Francés Paul Emile Victor (IPEV). Gracias a Charcot ahora Francia tiene un pie en esta tierra internacional que es la Antártida, y tiene una base científica”.