Los Bopreal: ¿Una operatoria a pedido de la AmCham?

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Aunque en la previa a su asunción, Javier Milei había condenado al Banco Central de la República Argentina (BCRA) a desaparecer, la Comunicación A “7918” de la nueva gestión – encabezada por Santiago Bausili, antiguo integrante de los bancos JP Morgan (donde trabajó con el actual ministro de Economía, Luis Caputo) y Deutsche Bank y funcionario durante la presidencia de Mauricio Macri- confirmó que algún tipo de utilidad tiene, con la creación de la Nota del BCRA denominada Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), con un plazo máximo de vencimiento previsto para el 31 de octubre de 2027.

Por esta operatoria, los importadores comprarán los bonos con pesos pero, al venderlos o al vencimiento, recibirán dólares, con los que podrán ir saldando sus deudas.

La cancelación anticipada, por su parte, sólo podrá ser en pesos “dollar linked”; es decir, en moneda nacional pero atada a la cotización y variación de la divisa estadounidense.

La tasa nominal anual (TNA) máxima del bono será del 5%.

“Devengarán intereses sobre la base de un año de TRESCIENTOS SESENTA (360) días integrado por DOCE (12) meses de TREINTA (30) días cada uno, a una tasa anual máxima del 5% a definir en el anuncio de la licitación, que podrá ser pagadera en forma trimestral o semestral en dólares estadounidenses”, precisó la comunicación oficial.

Respecto a la posibilidad de operar los títulos en el mercado secundario, la entidad informó que “en el anuncio de la subasta se definirá si estos instrumentos se negociarán o no en los ámbitos de BYMA / MAE, y mercados euroclearables. Al igual que si podrán o no ser utilizadas como colaterales para operaciones de REPO“.

Asimismo, se podrá considerar “la alternativa de incluir cláusulas de rescate anticipado en favor de los Titulares. En ese caso, de manera simultánea a la licitación del título se incluirán derechos de rescate sobre dichos instrumentos en los plazos y en las proporciones que defina oportunamente el BCRA”.

Deuda comercial con proveedores: la solución de la AmCham

El instrumento creado por el BCRA responde casi al pie de la letra al reclamo realizado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham) el 4 de diciembre, pocos días antes de la asunción de Javier Milei como presidente de la Nación.

Precisamente, a través de distintos medios de comunicación, se conoció la advertencia de la AmCham sobre una deuda comercial acumulada por las empresas con sus proveedores externos o locales, que se estimó en U$S 56.000 millones, derivada de la importación de insumos o servicios recibidos.

Dicha deuda, según la entidad, estaría afectando la productividad de las empresas y lo mismo haría la regulación estatal de las importaciones por medio de las SIRAs, por lo que se propuso la eliminación del mecanismo o su reducción a un mero sistema informativo “para que el Estado conozca el momento de pago de las importaciones acordado con los proveedores y a partir de esta información hacer previsible el movimiento de dólares para las importaciones a futuro”.

Dólares para las casas matrices

Por otra parte, de acuerdo a su diagnóstico, la causa de la deuda comercial acumulada estribaba en “la imposibilidad de acceder al mercado oficial de cambios para cancelarlas, una consecuencia directa de la delicada situación de las reservas líquidas en el BCRA”.

Al desglosar los acreedores que la componen, las empresas de capitales estadounidenses precisan que “en el stock, el principal acreedor son las propias empresas (deuda intercompany), con más de la mitad del total (59%). En segundo lugar, y en menor medida, los propios proveedores que los financian (36%)”.

Por este motivo, desde AmCham advertían que “cualquier escenario de salida del esquema cambiario y acceso a divisas implicará un salto en el tipo de cambio y su correlación con la inflación, y un potencial deterioro de la confianza con las casas matrices de muchas compañías que operan en Argentina”.

Las “sugerencias”

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El BCRA creó un instrumento llamado Bopreal con el que los importadores de bienes y servicios harán frente a sus deudas, muy similar a una propuesta realizada por la AmCham.

Ante esta situación, la cámara propuso tres soluciones, a modo de “sugerencias”:

  1. Garantizar el pago de las deudas que a futuro se generen por importaciones (flujo).
  2. Permitirles a los importadores o acceder al MULC (Mercado Único Libre de Cambio) o a los dólares financieros para el stock de deudas, con posibilidad de alternar entre los distintos tipos de cambio sin limitación alguna.
  3. Si las limitaciones por la falta de reservas líquidas en el BCRA imposibilitaran el acceso al MULC, proponemos gestionar con las empresas su cancelación futura mediante el acuerdo de un sendero de pago creíble, confiable, comprometido y finalmente respetado.

Es en este contexto, principalmente en relación con la propuesta contenida en el punto 3, en el que deben leerse los por qué de la creación del Bopreal – que sólo podrán ser suscriptos por los importadores de bienes y servicios con operaciones pendientes de pago- anunciada desde el BCRA.

La crítica de los marginados

Mientras tanto, desde su cuenta en X (antiguamente Twitter), el economista y exfuncionario de Economía durante el gobierno de Carlos Menem, Carlos Rodríguez, quien fuera marginado del equipo económico de Javier Milei con la irrupción de Luis Caputo, planteó una serie de interrogantes sobre la operatoria.

“¿Puede que parte de esa deuda sea con falsas empresas exportadoras creadas por el mismo importador en el extranjero? ¿O sea, una maniobra para vaciar al BCRA? Merecerían por lo menos ser auditadas esas presuntas deudas. Además, ¿por qué el BCRA tiene que refinanciar deudas del sector privado? El que le prestó y entregó la mercadería sabía el riesgo que tomaba. No es deuda del Banco Central”, interrogó el economista.

Mientras tanto, el también economista Carlos Maslatón – exconcejal de la UCD en Buenos Aires, en la década del ´80, y exseguidor de Milei, hasta que le señaló que nunca había pertenecido a La Libertad Avanza- también realizó un posteo en X sobre los Bopreal.

“Es muy grave el `Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre´ emitido por el Banco Central en favor de los importadores. Dibújenlo como quieran, pero es estatización de deuda privada, como en 1982, es un fraude financiero en contra del pueblo. Debút súper corrupto del gobierno de Milei. El bono circulará y existirá por años, después no se pregunten cómo es que Argentina debe tanta plata siempre. Casi toda la deuda nacional deriva de enjuagues de esta clase, desde principios de los 80s. Tantos discursos del liberalismo en contra del estatismo pero la verdad es que en nuestro país el estatismo fue siempre promovido y aplicado por el sector privado cuando tiene dificultades o se funde para sacarse sus problemas de encima. Y, además, estas maniobras van acompañadas de inventos de créditos contra el estado que no existen, igual que en una quiebra fraudulenta”, acusó quien se presenta como militante del liberalismo argentino.

Asimismo, solicitó “recordar este momento financiero del país. Es cuando, en el estado corrupto se inventan y legitiman acreedores de reciente aparición que vienen con reclamos que no existen y se llevan, al final, una parva de bonos gratis. Eso sí, poniendo cara de que los cagaron, para disimular”.

Carlos Maslatón

Con posterioridad, agregó que “toda la City y los economistas interesados defienden el tipo de cambio del gobierno y niegan el mercado libre y flotante. Qué hay detrás de esta negación del libre mercado hasta por parte de los libertarios más ortodoxos que asustan a la gente con riesgos de hiperinflación como argumento para no derogar el mercado intervenido? Nada serio hay, señores, el mantenimiento de un “dólar oficial” por debajo del mercado, donde el gobierno vende a quien quiere y por la cantidad que quiere, es solo una oportunidad para robar con arbitrajes con el mercado negro. No hay peor corrupción, cualitativa y cuantitativamente, que la corrupción financiera. Es insignificante lo que se pueda robar con cargos públicos, obras públicas, transferencias del presupuesto nacional a comparación de las maravillas por billones que se puedan hacer con las oscuras finanzas donde funcionarios del estado, y los ladrones del mercado controlado combinados, se la llevan en pala”.

Finalmente, en otro posteo destacó: “Siempre fue así, en cada “crisis” de deuda. Ocurrió en 1982, 1993, 2001, 2005, 2023. Es la oportunidad en que, bajo el argumento de la “reestructuración” el gobierno saca bonos “compulsivos” para pagar alguna deuda y ahí meten de todo. La corrupción financiera es la peor que existe. La mejor técnica es fabricar nominales y abultar todo lo que se pueda. Ninguna de estas es una colocación voluntaria en el mercado. La variable de ajuste es el pueblo que, defraudado, queda endeudado cada vez más y para siempre a través de un estado al servicio de los peores intereses. Si quieren que no haya truchada alguna, entonces que Leliqs, Pases, Levids, liquidaciones pendientes de importadores, no sean reemplazadas por nada y se cancelen según lo establecido en el contrato. Que no se repita el fraude del macrismo 2018-2019″.

¿Se repite lo de Cavallo?

Mientras tanto, el periodista en economía y política, Marcelo Di Bari, señaló en Tiempo Argentino que “el anuncio despertó suspicacias porque la operatoria se parece mucho a los seguros de cambio implementados durante la dictadura militar, por el entonces presidente del BCRA, Domingo Cavallo. En noviembre de 1982, la entidad ofreció a las empresas privadas hacerse cargo de sus deudas al exterior a cambio de que entregaran su monto en pesos, para protegerlas de posibles devaluaciones futuras (que de hecho ocurrieron)”.

Di Bari advirtió que según un informe del Museo de la Deuda Externa, que funciona en la sede de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, “en auditorías posteriores, se comprobó que la mayoría de los préstamos contraídos por las empresas privadas que generaron dicho monto, se trataban de meras registraciones contables entre las casas matrices y las sucursales radicadas en Argentina; es decir, auto-préstamos y maniobras fraudulentas. El periodista Alejandro Olmos (1924-2000) investigó la temática iniciando una causa judicial en la cual se pudieron acreditar 477 irregularidades en la deuda contraída durante la dictadura del Proceso, evidenciando el sustento y colaboración de los civiles en el gobierno de facto, consolidando la posición de los sectores dominantes más concentrados”.

Por último, sostuvo que “la cuestión podría repetirse en la actualidad, aunque el monto involucrado sería el doble de los U$S 15.000 millones de deuda que estatizó Cavallo. Según la Amcham, el 59% de la deuda es intraempresaria, de las firmas locales con sus casas matrices en el exterior”.

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