O con el peronismo o con Frigerio, Castrillón quiere ser gobernador

El expresidente del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Emilio Aroldo Castrillón, se acogió al beneficio jubilatorio en un trámite exprés que lo puso a buen resguardo de un trámite de juicio político que había iniciado con timidez la Cámara de Diputados, pero que no prosperó, según informa el sitio digital entreriosahora.

Pero a pesar de que ahora engrosa las filas de los 57 mil pasivos que hay en Entre Ríos no está dispuesto a ir a cuarteles de invierno, y procura no quedar demasiado lejos del centro de la escena. Ahora, se baraja la posibilidad de una candidatura a Gobernador en 2023.

«2022 será el lanzamiento para 2023. Veremos el veredicto del pueblo en las urnas», le dijo a Entre Ríos Ahora, con ese tono a medio camino entre el gesteo desafiante y la picaresca. «Me dejarán sin honores mas nunca abandonaré la lucha», agregó, con ese fraseo que sabe que impacta en el lector.

Ahora, en busca del impacto en un titular, publicó en su estado de whatsapp una foto con ínfulas de perfil de campaña, y esta frase: «Castrillón Gobernador, por una Entre Ríos libre, justa y soberana».

Claro que ese no es su único objetivo en el terreno electoral.

«Guarda, que también puedo largarme para diputado nacional, y entonces aceleramos los tiempos y me largo este año», anticipa ante la consulta del sitio digital.

-¿Y por qué espacio se lanzaría?

-Voy contra Galimberti. Primero, voy a intentar desde mi partido, yo soy peronista, pero si no es así, no tengo ningún problema en hacerlo desde otro espacio.

Pedro Galimberti es intendente de Chajarí y lanzado a disputar las candidaturas a diputados nacionales desde el espacio Construir contra el exministro del Interior Rogelio Frigerio.

Castrillón no pone reparos a una eventual alianza con Frigerio, pero con Galimberti la diferencia, dice, es irreconciliable: «Habló mal de mí sin conocerme», argumenta.

Cree que en las urnas se sabrá qué tanta adhesión genera en el electorado su figura. «Si (Marcelo) Casaretto es diputado nacional y nunca ganó en su pueblo, Maciá; o (el diputado provincial Juan) Navarro es diputado provincial y nunca ganó en Tala, yo pudo aspirar y que el pueblo decida. Tengo más merecimientos que ellos», afirma.

«Queda claro que mi límite son Galimberti y todos esos ruralistas que hacían cortes de ruta y después se acomodaron en la alfombra roja, como De Angeli», fustiga.

De su paso por la Justicia, le queda un sabor amargo -«me voltearon», dirá- y por eso ahora quiere disputar en un terreno que conoce de sobra: antes de ser juez fue legislador provincial. «No sé cuántos votos vamos a juntar, pero vamos a estar. Quiero competir», afirma.

Mientras, las esquirlas de sus refriegas en el llano no han desaparecido del todo.

Aunque no avanzó la denuncia de mal desempeño en su cargo de vocal del STJ -la denuncia ante la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados fue enviada al archivo tras su jubilación- y está alejado de las internas de palacio en el STJ, resta que pueda resolver algunos entuertos en los Tribunales de La Paz por dos denuncias en su contra tras los incidentes con ribetes de escándalo que lo tuvo como protagonista la madrugada del domingo 28 de marzo último: dos comerciantes lo denunciaron por daños tras una discusión por el tono alto de la música que habían puesto para recibir a los parroquianos que se sentaron a las mesas del negocio, contiguo a la vivienda del exmagistrado.

También carga con una denuncia por amenazas que presentó el exdirector de Juntas de Gobierno durante el gobierno de Sergio Urribarri, Carlos Miguel Barbosa, padre del fiscal Facundo Barbosa, de la Unidad Fiscal de La Paz, cuyo pliego en el Senado sumó una impugnación: la de Castrillón.

El fiscal que tramitaba esas dos causas -más una tercera denuncia de Castrillón a los comerciantes que lo denunciaron- era el fiscal Oscar Sobko, ahora trasladado por decisión de la Procuración a Paraná. En su lugar en la Unidad Fiscal de La Paz quedó Facundo Barbosa.