¿Quién es el presunto espía que inquieta a Bordet?

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Ariel Zanchetta, el expolicía y presunto espía que hoy se encuentra preso, emergió en el centro de la escena pública a partir de un pedido de Gerardo Pollicita a la empresa SudamericaData, pero hasta ahora no está claro quén verdaderamente sea.

El fiscal Pollicita investigaba el hackeo de la línea telefónica asociada a Mauricio D’alessandro, el exministro de Seguridad de la ciudad, mediante el cual se hicieron públicas las conversaciones que revelaron el controversial encuentro en el sur entre jueces federales, funcionarios judiciales y directivos del grupo Clarín.

En su investigación, el fiscal Pollicita dio con Elías Ezequiel Nuñes Pinheiro, el hacker misionero detrás de varias operaciones contra magistrados y descubrió que parte de la información con la cual se puso en marcha la intervención de las líneas de teléfono fue brindada por la empresa SudamericaData, un banco de datos privado.

Pollicita le solicita a la firma que revele quién requirió la información sobre los jueces y de ese pedido surge “Arjunin”, el nombre del usuario con el que Zanchetta operaba en el banco de datos.

¿Y quién es Arjunin, el presunto espía?

Ariel Zanchetta es un policía retirado de 57 años, nacido en Junín, que desde junio de este año, a raíz de la investigación impulsada por Pollicita, se encuentra preso en la cárcel de Marcos Paz.

Sobre él recae con fuerza la sospecha de ser un agente inorgánico de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), exSIDE.

De una pesquisa informática sobre una de sus computadoras -uno de los tantos dispositivos secuestrados por la policía tras su detención- surge un documento que describe lo que sería el comienzo de su carrera al margen de la ley.

Zanchetta detalla allí que sus servicios como agente fueron solicitados por el “submayor Pereyra Joaquín”.

Su “red de informantes y sus largos años de contactos” son el resultado, según el documento, de su labor en el área de inteligencia de la Policía Federal, fuerza en la que trabajó entre 1988 y 2013.

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Es muy poco lo que se sabe acerca de quién es el presunto espía “inorgánico” de la Agencia Federal de Inteligencia.

“Me reclutó como inorgánico”, sostiene Zanchetta en el documento, en alusión a Pereyra.

Ya bajo el reflector de la Justicia, Zanchetta negó tener vínculo con los servicios de inteligencia.

Señaló, además, que su membresía a la empresa Sudamericadata –de donde obtenía parte de la información que almacenaba- y los más de 1000 informes de inteligencia en su poder -en los que reunía información de distinto orden sobre políticos, magistrados, empresarios y distintas personalidades de la vida pública- obedecían a su profesión de periodista.

Giro vocacional

En el dictamen de Pollicita -en donde se solicita realizar una nueva indagatoria y un allanamiento- se adjunta el curriculum vitae del expolicía.

Allí, Zanchetta señala que, además de haber estudiado un año la Carrera de inteligencia Criminal en la Universidad de la Policía Federal, realizó un curso de periodismo y de comunicación social y otro de “contrainteligencia” en la escuela del “cuerpo federal”.

Bajo el rótulo de relación laboral, el presunto agente inorgánico escribió: “Corresponsal y colaborador actual para el diario grupo Clarín de buenos aires CABA [SIC]”. Sin embargo, en el medio no existe ninguna nota que lleve su firma.

Figura allí, también, que fue director del diario La Verdad de Junín y director de la radio del mismo medio.

De acuerdo a lo informado por La Nación, Zanchetta fue empleado de Pincen, una empresa ligada al Arzobispado de Mercedes-Luján, referenciado también en su curriculum.

Una fuente consultada por ete medio liga esa relación laboral al fallecido periodista Omar Bello, el director del diario La Verdad entre 2008 y 2015, y de quien Zanchetta fue “guardaespaldas”.

Por menos de dos años, mientras era “seguridad” de Bello, el expolicía ofició de “subdirector” de la radio del Arzobispado.

La foto que tiene a Zanchetta frente a un micrófono dentro de un estudio es de su época como “subdirector” de la radio de Junín.

“Todo el mundo sabía que trabajaba para Bello”, dice una fuente que lo trató en alguna ocasión y que no lo recuerda como alguien particularmente sagaz. “Jamás me imaginé que fuera espía”, completa.

El vínculo de Zanchetta con el periodismo no se agota en su relación con el Arzobispado y con su “efímero” paso por la radio.

Según ratificó en su indagatoria –antes de ser detenido-, el expolicía colaboró con mayor o menor regularidad con distintos portales de noticias.

Dixitp, Real Politik y Agencia Nova son algunos de los sitios en los cuales el expolicía prestó su pluma, pero el medio Enclave, del cual afirmó ser propietario en partes iguales con un socio, se pone en relieve por sobre los otros.

Allí se publicaron notas asociadas a conversaciones que Zanchetta -según surge del dictamen del fiscal- mantuvo con el camporista Fabián “Conu” Rodríguez, que durante un corto periodo fue director de la agencia Telam.

”¿Necesitas una parte? ¿O armo algo para portal? De esta tengo todo”, le pregunta Zanchetta a “Conu” Rodriguez, en alusión a la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, uno de los “objetivos” que el expolicía “caminaba”. “Todo suma”, le responde Rodríguez.

Zanchetta agrega en la conversación que armaría una nota sobre el tema “country”.

En Enclave -el portal que según Pollicita fue financiado con dinero público y que recibió casi dos millones de pesos de la provincia de Buenos Aires por pauta oficial- se publicó una que trata sobre el country en el que vive Tolosa Paz, cerca de City Bell, entre tantas otras notas que la tuvieron como blanco.

A su vez, Zanchetta, sobre quien hay muy pocos registros –uno de ellos es una nómina de infractores de Junín-, está asociado, según marcan algunos medios -como Semanal Junín o Rio Negro- a varios pseudónimos.

Uno de ellos es el de Alexis Di Capo, un nombre cuyo rastro solo figura en algunos portales de noticias, como Real Politik, el medio del que fue colaborador Zanchetta.

Además, Di Capo, figura como director de Enclave -el sitio que es propiedad de Zanchetta- y como el redactor de varios artículos en otros medios, como El Informador Público.

La última nota de Di Capo en ese medio está fechada 20 días después de que Zanchetta fuese detenido.

Para Pollicita, Zanchetta fue incorporado como agente “inorgánico” a la SIDE, “por lo menos hasta fines del 2015″ y en ese rol “habría realizado actividades de inteligencia para funcionarios de dicho organismo”.

Según el fiscal, Zanchetta nunca abandonó sus tareas de espía al servicio de terceros: “Cuanto menos, desde comienzos del año 2016 y hasta su detención el 26 de junio de 2023, se habría dedicado en forma constante y permanente a la realización de actividades de inteligencia ilegal”.

De este período también surgen sus intercambios con el diputado kirchnerista Rodolfo Tailhade, a quien le habría provisto de informes generados por el espionaje ilegal.

Según La Nación, el expolicía realizó sus tareas de investigación y seguimiento -plasmadas en los informes- con drones, cámaras ocultas, una docena de teléfonos celulares, y canales de comunicación encriptados con seguridad militar.

De todos los aparatos secuestrados por la Policía, solo fueron peritados un celular y una computadora. Resta indagar sobre otros 17 dispositivos.

Algunas dudas sobre el “inorgánico” Zanchetta

Por otra parte, Ariel Zanchetta, el expolicía detenido como supuesto «agente inorgánico» de los servicios de inteligencia que hacía espionaje ilegal, escribió en su currículum vitae que trabajaba (hasta que fue detenido) para el Grupo Clarín. «Relación laboral actual: corresponsal y colaborador para el diario del grupo Clarín de Buenos Aires, CABA», dice el documento hallado en su computadora.

Todo indica que el dato es falso. También aseguró que fue «asesor ad hoc ante la Excelentísima Cámara de Diputados de la Nación en la Comisión de Seguimiento de Seguridad e Inteligencia hasta el 10/12/2017». Tal Comisión no existe; sí existe la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia del Congreso de la Nación. El fiscal Gerardo Pollicita consultó si Zanchetta había sido asesor o cualquier otra cosa allí, pero la respuesta fue negativa.

Pollicita no consultó al Grupo Clarín si Zanchetta tenía alguna relación laboral, tal como lo consignó en su CV. Tal vez no lo consideró necesario, opinó el portal Tiempo Argentino.

Zanchetta parece la versión actualizada (aunque tal vez sea anterior) del falso abogado Marcelo D’Alessio. Sus informes, prácticas y métodos son casi calcados.

¿De dónde surge que Zanchetta, quien no tiene ningún antecedente en el Registro de Reincidencia, fue un «agente inorgánico» de la SIDE al menos entre 2009 y 2015, como dice el dictamen de Pollicita? 

El mote de «inorgánico» se lo puso el fiscal basado en el currículum vitae (sí, el mismo en el que dijo que era periodista de Clarín y exasesor de la bicameral de inteligencia).

El fiscal dio por sentado que ello era así «más allá de que los organismos públicos oficiados no reconocieron a Ariel Pedro Zanchetta como agente de inteligencia».

Si un organismo público le miente a una requisitoria del Poder Judicial comete un delito.

De hecho, cuando a esos mismos organismos públicos se los consultó sobre Marcelo D’Alessio la respuesta también fue negativa: nadie lo conocía, pero ningún dictamen ni resolución judicial lo llamó «agente inorgánico de la AFI».

Para el fiscal Pollicita, «los elementos probatorios demuestran que Zanchetta, en forma previa a los hechos que conforman el objeto de la presente pesquisa, cumplió funciones como ‘agente inorgánico’ o ‘colaborador’ al menos entre los años 2009 y 2015 de la Secretaría de Inteligencia de la Nación». Entre los «elementos probatorios» enumeró que «en el interior de la notebook Toshiba secuestrada en su domicilio, un documento de Word13 en el que el imputado describe lo que sería un resumen de sus comienzos como miembro inorgánico de la Secretaría de Inteligencia».

¿Qué era Zanchetta? Su existencia, como la de D’Alessio, muestran claramente que sí existen los «cuentapropistas» del espionaje.

Pero no en la modalidad en que la Cámara Federal porteña inventó esa categoría para neutralizar –primero– y pulverizar –próximamente– la causa por espionaje ilegal durante el gobierno de Cambiemos.

Aquellos agentes considerados «cuentapropistas» habían sido contratados durante la gestión de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani y cobraban un sueldo de la AFI; los Zanchetta y los D’Alessio tenían otras fuentes de financiamiento.

Allí aparece en escena el directivo de la AFIP y exfuncionario bonaerense, ligado a La Cámpora, Fabián «Conu» Rodríguez, sostiene Tiempo Argentino.

El fiscal sostiene que Rodríguez requería los «servicios» de Zanchetta (en el caso concreto, sobre la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz) y le pagaba a través de la concesión de pauta publicitaria oficial para su portal Enclave.ar, de la localidad bonaerense de Junín.

El sitio web de Zanchetta también recibía publicidad oficial de la Municipalidad de San Isidro, todavía a cargo de Gustavo Posse: «98 mil pesos por mes de mayo a octubre de 2023», según el dictamen de Pollicita. ¿Qué quería difundir o promocionar San Isidro en Junín?

Zanchetta declaró que además de su portal escribía (con groseras faltas de ortografía) para otros tres medios de internet: Realpolitik, Agencia Nova y Dixitp, de las que cobraba por mes 39 mil, 25 mil y diez mil pesos respectivamente.

Además, consignó que percibe unos 370 mil pesos como retirado de la Policía Federal y «algo de publicidad y pautas de aproximadamente cien mil pesos mensuales».

Uno identificado y el resto no

El fiscal considera «acreditado» que Zanchetta «no habría desplegado su actividad en soledad sino que ‘reportaba’ parte de su actividad a terceros y realizaba algunas de estas conductas por ‘pedido’ de otros, personas cuya identificación está en curso, por lo que no se descarta realizar futuras presentaciones con los datos de aquellos que colaboraron, instigaron o participaron de cualquier modo, y su convocatoria a proceso según la responsabilidad que les corresponda a cada caso».

Es curioso: el fiscal reconoce que hay más nombres pero sólo consignó uno, el de Rodríguez.

El otro (que escandaliza a un sector de la prensa) es el del diputado oficialista Rodolfo Tailhade, a quien Pollicita no mencionó siquiera una vez en su dictamen.

Sólo aparece en un informe de la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (DAJUDECO), que depende… de la Corte Suprema de Justicia.

¿Quiénes son las «personas cuya identificación está en curso?

Zanchetta tenía informes de inteligencia similares a los hallados en las computadoras de D’Alessio sobre personajes con ideologías y afinidades antagónicas: Horacio Rodríguez y Axel Kicillof; Gerardo Morales y Jorge Capitanich, Elisa Carrió y Máximo Kirchner; Julio Zamora y Malena Galmarini, Martín Insaurralde y Gerardo Milman; Baby Etchecopar y Pablo Duggan; Angelo Calcaterra y Ernesto Clarens; Marcelo Tinelli y Alfredo Coto, El Dipy y Teresa Parodi.

La lista es extensísima.

Sobre la situación de Rodríguez, el juez Marcelo Martínez de Giorgi le puso un límite al fiscal, quien había conseguido un efímero título de portales con su pedido de detención al dirigente de La Cámpora con un argumento difícil de calificar: no se había presentado en Tribunales, cuando en realidad nadie lo había llamado.

Ni siquiera Pollicita lo había propuesto.

¿Hay vínculos claros?

Del expediente no surge claramente cómo apareció Zanchetta en una investigación de supuestos hackers misioneros que se metieron adentro de los teléfonos de jueces de Comodoro Py. No hay un hilo que los una ni tampoco, hasta ahora, elementos de prueba que los vinculen.

Y todavía buscan identificar a usuarios de la red de chat Telegram consignados como «Pr1sox», «elJuanxd», «ASHLucif», «Papitochulo», «papiASH», «boludeada» y «pibetranki».

«Conu» Rodríguez tiene garantizada la buena fe en el proceso y sus abogados planean una defensa técnica, descontaminada de las lecturas políticas (si es que ello fuera posible en este escenario).

Rodríguez entregó el viernes su teléfono celular en el juzgado. Allí aparecerán más contactos con Zanchetta, que el funcionario cree poder justificar en una indagatoria, que –a estas alturas se insinúa– como ineludible.

Querellantes

Ahora, además del gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, otras personalidades públicas se presentaron en la justicia con la intención de ser querellantes en la causa por presunto espionaje ilegal.

Uno de ellos es el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, se presentó ante el Juzgado Federal N°8, a cargo de Marcelo Martínez de Giorgi, para solicitar ser sumado a la causa que investiga el presunto espionaje ilegal a funcionarios y dirigentes políticos, en la que el titular de la cartera de Interior sería una de las víctimas de estas maniobras.

Otro es Máximo Kirchner, hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner, líder de La Cámpora y diputado electo, quien pidió formalmente en los tribunales de Comodoro Py 2002 ser querellante en la causa abierta por el supuesto espionaje ilegal a jueces y fiscales.

Cabe recordar que entre los “blancos” a los que investigó Zanchetta, estaba el nombre de Máximo Kirchner.

También, tanto el diputado Roberto Tailhade, como el ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa han pedido ser querellantes en esta investigación, al conocer la existencia de “carpetas” de Zanchetta sobre sus personas.

Consultado al respecto, Massa ironizó: “Si alguno hace 6 años se dedica a espiarme se debe haber aburrido mucho porque soy fanático de la política, el fútbol y los asados con amigos, no mucho más que eso”.

Del otro lado arco político, también lo han pedido el diputado y candidato a presidente por La Libertad Avanza, Javier Milei, y su ex candidata a gobernadora, Carolina Píparo. También el diputado de Juntos por el Cambio Fernando Iglesias y el expresidente Mauricio Macri.

El atentado a CFK

Mientras tanto, el fiscal Carlos Rívolo, a cargo de la investigación del intento de homicidio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK), solicitó informes a su par Gerardo Pollicita y el juez Marcelo Martínez De Giorgi. El objetivo fue recabar material sobre personajes claves para la causa que figuraban en los dispositivos del presunto espía.

Rívolo quiere saber no solo que había investigado sobre CFK sino también sobre los detenidos por el ataque, sobre el diputado Gerardo Milman y su entorno, señalado por la querella como un presunto autor ideológico y sobre el asesor legislativo Jorge Abello, el testigo que lo involucró al legislador del PRO en esta causa.

En su presentación, Rívolo solicita al juez que se le pida a la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos (DAJuDeCO, la oficina de investigación de la Corte Suprema), informes claves en torno al atentado a CFK, citó Infobae.

“Le hago saber que del archivo oportunamente remitido por vuestro tribunal, relativo a la lista de las búsquedas que realizara Ariel Zanchetta en la base SudamericaData, surgieron datos de interés para la pesquisa en la que me dirijo, razón por la cual la totalidad de la información requerida en el presente resulta de suma importancia ante la posibilidad de que existan antecedentes relacionados a personas vinculadas”, a la investigación por el intento de homicidio a la vicepresidenta, señalaría el documento presentado por Rívolo.

Fuente: La Nación, Tiempo Argentino, Infobae.

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