“Se decidió que al Río de la Plata lo maneje la narcociudad de Rosario”, denunció exfuncionario nacional

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A días de que venciera la licitación “corta” para el dragado de la “Hidrovía”, el exsubsecretario de Puertos y Vías Navegables (2012 – 2015), el ingeniero naval marplatense Horacio Tettamanti, criticó duramente la política desplegada por el gobierno nacional y aseguró que la cuestión de fondo no es la capacidad para dragar por parte del Estado sino el “ejercicio de la soberanía del Río Paraná y el Río de la Plata”.

“Se decidió que al Río de la Plata lo maneje la narcociudad de Rosario”, denunció exfuncionario nacional. Parte I.
“Se decidió que al Río de la Plata lo maneje la narcociudad de Rosario”, denunció exfuncionario nacional. Parte II.

-¿Por qué considera que no debería hablarse de Hidrovía?

La hidrovía no existe, es un fraude, una palabra que esconde lo que realmente existe que es el Río Paraná y el Río de la Plata. Esa confusión no es inocente, tiene como objetivo que hablemos de hidrovía sin saber de qué se trata y no demos la magnitud que merece lo que está en juego que es la soberanía del Río Paraná y el Río de la Plata.

Buscan confundir con una bomba de humo la discusión de la cuestión de fondo que es el ejercicio de la soberanía del Estado nacional para definir cómo se usan nuestros ríos.

Le secuestran el sentido a lo que verdaderamente estamos hablando para que no podamos dimensionar la gravedad de la entrega que estamos presenciando. Estos ríos ya fueron entregados en la década del ’90 con estas concesiones para que sean utilizados exclusivamente al servicio de las grandes exportadoras internacionales y que el Río de la Plata quede subordinado al manejo del Puerto de Montevideo.

-¿Qué sucede con las licitaciones del dragado?

Lo importante no es la nacionalidad de la máquina que hará el dragado, eso es algo secundario. Lo que debemos discutir es quién tiene el ejercicio de la soberanía del Río Paraná. Las discusiones sobre la licitación corta o larga son meras distracciones para que los argentinos no tengamos noción de lo que realmente está en juego.

No se debe confundir la cuestión en torno a si el Estado tiene o no una máquina. Eso es una discusión menor, lo de fondo es si el Estado argentino está en condiciones de ejercer la soberanía en el Río Paraná. Ellos plantean que no por lo que debería estar intervenido por los intereses extranjeros.

alt="El exsubsecretario de Puertos y Vías Navegables (2012 – 2015), el ingeniero naval marplatense Horacio Tettamanti, criticó duramente la política desplegada por el gobierno nacional y aseguró que la cuestión de fondo no es la capacidad para dragar por parte del Estado sino el ejercicio de la soberanía del Río Paraná y el Río de la Plata”.
El exsubsecretario de Puertos y Vías Navegables (2012 – 2015), el ingeniero naval marplatense Horacio Tettamanti, criticó duramente la política desplegada por el gobierno nacional y aseguró que la cuestión de fondo no es la capacidad para dragar por parte del Estado sino el “ejercicio de la soberanía del Río Paraná y el Río de la Plata”.

Cuando el presidente dice que Argentina no puede hacerse cargo del río, no toma dimensiones de la gravedad de sus palabras. Decir que la Nación no puede hacer ejercicio pleno de su soberanía es algo mucho más grave que plantear si tenemos o no una máquina para dragar.

-¿Por qué es tan importante para el país el manejo de la vía navegable troncal?

Está en juego el manejo estratégico de los flujos comerciales del país que en un 80% dependen del Río Paraná. Todo el comercio exterior argentino está basado en el Río Paraná, quien lo maneja y define por dónde se draga y a favor de qué puerto.

Es inexplicable que los argentinos le draguemos a Montevideo y Nueva Palmira, mientras abandonamos los puertos argentinos como el Puerto de La Plata. Para poder acceder al mar tenemos la obligación de navegar al norte y para acceder al Atlántico Sur, donde realmente tenemos nuestros recursos, tenemos que pedir permiso al Puerto de Montevideo. Eso es lo que le impide al Estado argentino el ejercicio de soberanía, la capacidad de fiscalizar y poder arbitrar para defender las luchas de intereses para defender la renta nacional.

Argentina sangra por el Río Paraná, no es simplemente un negocio de un dragado. Es mucho lo que se pierde por el Paraná por la ausencia del Estado y la entrega a grandes grupos multinacionales, expulsando a los argentinos porque antes estaba lleno de barcos de bandera argentina y puertos nacionales. Pasamos a ser prácticamente extranjeros en nuestra casa.

Cómo es posible que teniendo el Puerto de La Plata, que puede tener un acceso franco al mar a través del Canal de Magdalena, no se desarrolle y el Puerto de Buenos Aires se haya convertido en el furgón de cola de Montevideo.

La deuda externa nació en la entrega del Paraná, lo que está en juego la columna vertebral estratégica que define la totalidad de la macro economía argentina.

-¿Qué opina del nuevo Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable?

Es una ficción, una trampa en la que ha caído el presidente. Hay que analizar el principio, todo esto nació por un nefasto decreto 949 firmado el día en que murió Maradona. Este decreto tenía como objetivo volver a repetir el modelo menemista. Si no hubiéramos salido a denunciarlo hoy estaría todo entregado del mismo modo que en los ’90. Se navegaría de la misma forma, alimentando los mismos puertos extranjeros, impidiendo la capacidad de fiscalizar del Estado, impidiendo que el Estado pueda tener puertos propios y flotas.

El presidente prometió federalizar el Río Paraná, lo que es correcto. Pero al caer en la trampa de la Hidrovía también se está definiendo el futuro del Río de la Plata que quedaría en manos de siete provincias litoraleñas del Río Paraná. Esto es un desatino absoluto porque la Patagonia es mucho más dependiente del Río de la Plata que otras provincias.

Argentina nació como las provincias unidas del Río de la Plata. Con este ente se desintegra la Argentina y se decide que al río lo maneje la narco ciudad de Rosario, quedando afuera de decisiones estratégicas de su manejo el resto del país.

Ahora el gobierno está metido en un gran matete y no sabe para dónde salir. Por el pobre nivel de los funcionarios que pusieron a manejar el tema parece muy difícil que puedan salir de manera razonable. Este ente no puede tener ninguna utilidad práctica más que ser un elemento más de esta gran confusión.

– ¿Por qué no está de acuerdo con que funcione en Rosario?

Desde el punto de vista geográfico y simbólico que el Ente funcione en la ciudad de Rosario significa entregar el Río de la Plata al lugar donde tienen anclaje los grandes exportadores de cereales. Al haberse retirado el Estado nacional y habérselo entregado a la opinión de siete provincias que pueden ser coaccionadas en forma más fácil. A estos grandes grupos económicos les será mucho más fácil el manejo.

Estamos hablando de la geopolítica del Río de la Plata de la cual depende la dinámica del Atlántico Sur, la alimentación de la Antártida y la defensa de las Malvinas. Que el mismo sea manejado desde Rosario y para los intereses de los exportadores de cereales es una de las claudicaciones más graves de los últimos 100 años.

-¿Qué pasa con el Canal Magdalena y el Puerto La Plata?

Este modelo de sometimiento fue implantado por el Consenso de Washington en los ’90 y concentró la actividad portuaria argentina en dos puertos: el de Rosario, en manos de los exportadores de cereales, y el de Buenos Aires a los efectos de convertirlo en el furgón de cola de Montevideo para que no haya a través de ninguno otro puerto posibilidad de competencia.

El caso más trágico es el Puerto de La Plata, que en realidad es el puerto de la Ensenada de Barragán, que sin lugar a dudas debería ser el puerto fluvial más importante porque es el más cercano a la profundidad atlántica. A través del Canal Magdalena, la Argentina se despegaría de esta dependencia y este puerto sería el punto nodal, no solo de toda la Cuenca del Plata, sino de la proyección argentina al Atlántico Sur.

Acá hay fuertes intereses transnacionales que buscan consolidar al Puerto de Buenos Aires a través del Canal Punta Indio como furgón de cola de Montevideo, desde de donde se fractura a Argentina en marítima y fluvial, impidiendo que se navegue libremente. Por ejemplo, si se quiere navegar con carga desde el Puerto de La Plata hasta el Puerto de Mar del Plata en lugar de ir hacia el sur, se debe ir hacia el norte hasta Montevideo, pedir permiso y luego volver a Mar del Plata.

Eso hace que no haya posibilidades del desarrollo del transporte marítimo porque tenemos metido en nuestra columna vertebral un puerto extranjero como el de Montevideo. La pelea es muy de fondo.

El caso del Puerto de La Plata es emblemático porque debió haber sido el más importante puerto fluvial argentino y terminó siendo un sector abandonado porque las vías navegables fueron diseñadas para que se desarrolle Montevideo. Eso no se hace con definiciones de Uruguay sino que se hace desde Argentina con nuestros funcionarios. Está claro que el decreto 949 fue redactado en el exterior; pero funcionarios argentinos le pusieron el gancho en forma cómplice.

Fuente: Todo Provincial.

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