Asombrosa ave de los humedales da mensajes sonoros con su cola

Compartilo con

La capacidad de la becasina de bañado de emitir sonidos por fuera de la siringe (sonatación), abriendo en abanico las plumas timoneras en vuelo. Curiosidades comentadas por el ornitólogo entrerriano Raúl Spais.

Por Tirso Fiorotto

Para los entrerrianos hay dos aves bien distintas que reciben el nombre “rayador”. Esto no estaba muy claro para los estudiosos. El ornitólogo Raúl Spais comenta aquí esa particularidad, y las asombrosas propiedades de estas aves, sea por el modo de alimentarse o de comunicarse.

Además de ilustrarnos sobre el sonido que produce una de ellas sin usar la siringe, pone de relieve la importancia del nombre vulgar de las aves en la actualidad, cuando hasta hace poco tiempo se le daba mayor relevancia al nombre científico, y explica los motivos. El caso del rayador complica un poco, porque la gente llama igual a dos especies diversas. 

Galán de la tarde

Un rayador es pariente de las gaviotas con esta singularidad: vuela a ras de agua hundiendo la mandíbula inferior del pico, más larga que la superior, para capturar peces, y así deja una estela en el agua, una raya. La ciencia le llama Rynchops niger. Otros nombres vulgares: cortador de agua, pico tijera. Tiene primos muy similares en África y en Asia.

Pero en Entre Ríos llamamos también rayador a la becasina de bañado, un ave pequeña, bataraza como el inambú (la perdiz), un plumaje especial para mimetizarse, con un pico largo y recto. La ciencia la bautizó Gallinago paraguaiae. Además recibe el nombre de agachadiza, becasina común. Para los chilenos es la porotera (aunque ya veremos que esa podría ser otra especie). Aquí se consensuó el nombre becasina de bañado, pero como se ha dicho: no pocos le llaman rayador.

Su particularidad es el sonido que se escucha a distancia, y lo que menos se conoce es el origen de ese sonido.

alt="La becasina de los bañados, un ave de los humedales, experta en sonatación, a la que cuando se la oye no se la ve"
La becasina de los bañados, un ave de los humedales, experta en sonatación, a la que cuando se la oye no se la ve.

El repertorio musical de la becasina de bañado no es muy melodioso. Aparte de su kek kek kek característico, y un prolongado motorcito que sintoniza con el ambiente de los bañados, en tiempos de apareamiento los machos realizan vuelos circulares y se lanzan en picada. En eso abren la cola de un modo extraño y generan una vibración que se traduce en un zumbido inconfundible, como mellado. Es un tipo muy poco usual de sonatación. Por ahora los ornitólogos entienden que se trata de un sonido mecánico en vuelo de cortejo. Otras especies llaman la atención con las plumas de las alas, con el pico o con las patas.

El paranaense Spais, conocido por su vasta experiencia en la grabación de aves, ha captado esos sonidos con instrumentos muy sensibles y los tiene incluso en un video propio en el que se escucha y se ve al pájaro en vuelo, como una flecha, escofinando el aire.

Las aves producen muchos sonidos. Los más habituales son los vocales: los trinos (melodiosos, largos); los llamados (vocalizaciones breves, de una sola sílaba, para alertar a sus congéneres). Aparte, está la sonatación, es decir, los sonidos mecánicos que pueden realizar con el pico, las patas o las plumas. Entre estos últimos se encuentra muy destacada la becasina de bañado. 

A veces no lo ven

El ornitólogo de Paraná Raúl Spais nos señala las características de esta ave y admite que fue conociendo, a campo, que muchos llaman rayador a la becasina, en nuestro territorio, lo cual no estaba registrado en los libros. Aunque halló sí esa referencia en una revista El Hornero del año 1977.

Como en estos casos el nombre rayador da la idea de las costumbres de las aves podemos decir que el rayador gaviota raya el agua con su pico, y el rayador becasina raya el aire, o mejor, ralla el aire con su cola, si nos atenemos al sonido mellado que produce.

La gente de vida campesina suele hablar del rayador (la becasina), que escucha principalmente al atardecer, pero en algunas ocasiones no relaciona el sonido con las aves que ve en los bañados, porque en las horas que se oye no se ve.

“En el encuentro de Villaguay en 2018, una persona que vendía libros de aves me comentó que un familiar en la zona de Bovril le decía que allí andaban rayadores. Cuando en esa zona de chacras no había bañados o lagunas. Y le llamó la atención. Cuando le explicó el ruido que hacían se dio cuenta que era la becasina de bañado”, recuerda Raúl Spais.

“A un amigo mío de María Grande le pasó en la década del 50 cuando él era muy chico; en un atardecer con un poco de niebla iba a la casa de un tío y tuvo que pasar un bajo con unos bañados; se asustó mucho cuando empezó a escuchar los ruidos que hace el rayador con las plumas de la cola. Cuando llegó a la casa, los familiares lo tomaron en broma, le dijeron que eran los rayadores”.

Para más ejemplo, Spais apunta que en el rasguido doble Soledad montoyera que cantan el Zurdo Martínez y Zuma Paz escuchamos: “raya el aire atardecido del bañado el rayador, la gallineta de lejos manda su grito burlón”. Es decir: se trata también de la becasina nombrada acá rayador. Porque el otro rayador raya el agua. La composición lleva letra de Marcelino Román y música de Miguel Martínez.

El también pajarólogo Sergio Taffarel, que posee un amplio registro de fotografías de aves entrerrianas, nos entrega fotos de las dos especies, y confirma que en su zona del departamento Gualeguaychú llaman rayador a la becasina de bañado. De hecho, el autor de esta nota es oriundo de esa zona sur de la provincia y siempre conoció el sonido de la becasina de bañado como si fuera del rayador, aunque en nuestra juventud distinguíamos el ruido pero no el plumaje, y jamás pensamos que fuera originado por la fricción del viento en la cola. 

Raúl Spais recuerda que los nombres vulgares han recuperado cierta importancia, porque con las nuevas investigaciones y los estudios genéticos la ciencia de tanto en tanto reubica a las especies y les cambia nombre, entonces resulta más estable en cada zona el nombre común, aunque tiene en contra la variación de nombres entre regiones. “Me gusta recalcar los nombres de la zona, hay que dejar de imponer esa lista homologada que se hizo con nombres vulgares de aves argentinas, aunque es importante para los que nos interesan los pájaros, en nuestra comunicación. Nosotros (a un ave) le llamamos pepitero de collar y la gente del campo le dice juan chiviro. No hay que tratar de imponerle algo a la gente, empezar la discusión. Es difícil que cambie con el tiempo el nombre común de un ave en una zona. Antes se tomaba con más firmeza el nombre científico, pero con la evolución de los estudios genéticos resulta que cambian de nombre porque descubren que un ave no pertenece a esta familia sino a otra. Entonces es más natural llamar al pájaro por el nombre que le conocimos siempre”, admite el estudioso. 

El otro rayador

El género Rynchops (el rayador gaviota, digamos) se compone de solo tres especies: una habita Abya yala (América), la otra África, y la tercera está en la India. Todas con la característica de la mandíbula inferior muy alargada, y el hábito de rayar el agua. La de nuestro continente, Rynchops niger, tiene tres subespecies, con pequeñas diferencias.

El libro “Aves del río Uruguay” luce en su tapa un rayador del tipo gaviota, y explica en su interior que tiene patas cortas, con membrana interdigital. Sobre su estrategia de captura rayando el agua, dice que al tocar un pez cierra el pico realizando un movimiento con la cabeza, y repite el recorrido varias veces a los fines de atrapar a los peces que se sienten atraídos por su estela. En la fotografía de Taffarel se puede observar la raya paralela a la orilla.

El otro Rayador, el Rynchops niger, de la subespecie intercedens, que en nuestro país llega a habitar desde el nordeste hasta Bahía Blanca.

El Atlas ornitogeográfico de Entre Ríos muestra en su tapa dos fotos de becasinas y dice que en la familia de los pitotoi, playeros y becasinas, la becasina de bañado es la que más abunda en nuestras zonas bajas. Como una curiosidad, la foto de la becasina está en la tapa pero en el interior, en el armado se traspapeló y quedó en su lugar una foto del aguatero (Nycticryphessemicollaris). Llamado también carrerito y (de ahí la confusión) becasina pintada, porque tiene lunares blancos visibles en las alas, además de bandas blancas del cuello hacia el dorso. 

Nuevos estudios

Una investigación realizada por Álvaro Jaramillo, Juan Ignacio Areta, Ricardo Matus y Edward Miller, determinó que la becasina de bañado (Gallinago paraguaiae) “posee dos subespecies, paraguaiae al este de los Andes a lo largo de Sudamérica y al norte de la Patagonia (el rayador nuestro), y magellanica en centro y sur de Chile y en la Patagonia de Argentina”.

Analizaron “los distintos despliegues acústicos utilizados durante la época reproductiva para evaluar la taxonomía en esta becasina a lo largo de Sudamérica: los llamados de suelo y el zumbido (“winnow”) generado instrumentalmente con la cola”, y hoy consideran que los sonidos de paraguaiae y magellanica “difirieron cualitativa y cuantitativamente y aún grabaciones breves pueden ser asignadas a cada taxón”. Es decir: encontraron que no es difícil distinguirlas por el sonido.

“Ambos emiten dos tipos de llamados de suelo que son notablemente distintos”, dicen. Y en cuanto al zumbido, también hay diferencias. A raíz de esas distinciones propusieron considerarlas especies distintas. Apuntaron además que otra especie emparentada, la becasina andina, “posee llamados de suelo y zumbido distintivos pero más similares a los de paraguaiae”, es decir, a la que anda en el litoral.

Todo indica, entonces, que no está todo dicho respecto de nuestro curioso rayador, sorprendente por donde se lo mire y se lo escuche, y que su modo de seducir a la pareja con desbordes de acrobacia y sonidos extraños sigue siendo investigado.

Para sintetizar, digamos que llamamos becasina de bañado o rayador al ave que la ciencia llama Gallinago paraguaiae. Pero algunos científicos encuentran que en Chile y el sur de la Patagonia hay una especie con sonidos bien distintos, a la que llaman becasina de bañado patagónica y la ciencia llamaría Gallinago paraguaiae magellánica.

También se llama becasina al aguatero (Nycticryphes semicollaris). Y existe otra más, llamada becasina andina (Gallinago andina) también llamada becasina real, becasina de la puna o agachadiza de la puna. Para algunos autores ésta es una subespecie de Gallinago paraguaiae. Esta del norte también da el zumbido en sus vuelos amorosos. De todas las mencionadas, el aguatero pertenece a otra familia y no tiene entre sus habilidades la de rayar el aire en su afán de conquista.

También puede gustarle...

1 Respuesta

  1. Alfredo Juan Berduc dice:

    Que hermoso Tirso y que genio el amigo Raúl!! Agrego que el rayador “gaviota” es símbolo primordial en el logo de nuestras areas naturales protegidas de Entre Ríos…nuestra gran isla charrúa

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error

¿Te gusta este sitio? No te pierdas nuestras noticias