¿Cómo fue la investigación que frustró la fuga del capo narco?

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La Policía Federal y el Servicio Penitenciario evitaron una fuga de prisión de ribetes surrealistas que había planificado el capo narco Esteban Alvarado. El hombre que está condenado a prisión perpetua por asociación ilícita y el resonante homicidio del prestamista Lucio Maldonado, considerado uno de los principales actores del campo criminal en Rosario, había ideado durante seis meses una evasión de la cárcel de Ezeiza que implicó, para concretarla, la compra de un helicóptero en el exterior.

Según un comunicado de prensa del Ministerio de Seguridad de la Nación, fuerzas federales de seguridad desplegaron un operativo en el que se logró la detención de cuatro integrantes de la organización de Alvarado, de 44 años, quien está preso desde 2019, luego de que se lo localizó en un camping de Río Tercero tras el homicidio de Maldonado.

La pesquisa que alertó lo ocurrido será el insuperable guion de una serie. Incluyó la compra en España de un helicóptero traído a Argentina desde Paraguay, donde sus partes fueron ensambladas, y la contratación de un piloto. El plan: asistirlo en una fuga desde el penal de Ezeiza junto a otro recluso.

¿Cómo fue la investigación?

La investigación fue vertiginosa. Arrancó el 2 de marzo de 2023, cuando una persona cuya identidad fue reservada puso en conocimiento de la Procuración de Narcotráfico (Procunar) de un plan diseñado por Alvarado y personas de su entorno para lograr la evasión del jefe criminal rosarino del Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, donde se encuentra alojado.

Ese plan sería llevado a cabo el día siguiente aunque finalmente se postergaría para el 10 de marzo.

Para alcanzar su objetivo la estructura criminal que responde a Alvarado emplearía un helicóptero ploteado de color negro que partiría desde una pista ubicada en el área rural circundante a Gualeguaychú.

La investigación estableció que lo compró para esa importante meta personal. Es un Robinson 44, un helicóptero monomotor con un rotor principal semirrígido de dos palas, un rotor de cola de dos palas y un tren de aterrizaje de patines. Tiene una cabina cerrada con dos filas de asientos contiguos para un piloto y tres pasajeros. Su precio de referencia, según las publicaciones especializadas, es de 387.000 dólares.

En razón a ello, se inició inmediatamente una investigación preliminar y se le confirió intervención a la División Operaciones Federales de la Policía Federal, cuyos efectivos hicieron tareas de campo que permitieron acreditar que efectivamente en tales coordenadas se emplaza un aeródromo de agro-fumigación, con una pista de césped para aeronaves de pequeño porte.

Al día siguiente personal policial se acercó al aeródromo. Allí advirtió tres vehículos con tres hombres que se dieron cita en el lugar.

Los sujetos que se encontraban en los autos abordaron y bajaron de los mismos en reiteradas ocasiones, hasta que en un momento uno de ellos ingresó a un supermercado Carrefour cercano a Gualeguaychú.

Compró varios pares de guantes de látex y rollos de cinta de papel.

Tras ello, aquellos fueron vistos en el interior de un hangar emplazado dentro del aeródromo al que se hizo referencia, cuyas dimensiones resultan compatibles con el espacio necesario para resguardar un helicóptero.

Con los datos, el magistrado interviniente dispuso el 3 de marzo la interceptación telefónica de las líneas de esas personas. C

uando los investigados egresaron del aeródromo a bordo de tres vehículos, los efectivos optaron por iniciar el seguimiento de uno de ellos: una camioneta Ford Ecosport en la que viajaban dos personas.

Si bien el vehículo circuló a alta velocidad y realizó varias maniobras evasivas, pudo hallárselo cerca de las 21 en Rosario, en una zona gastronómica.

Iban el conductor y una mujer. Ambos bajaron allí.

Por las escuchas quedó claro que las personas interceptadas dialogaban con Alvarado y coordinaban con él su huida en helicóptero.

Se determinó que Alvarado había contactado un piloto para el helicóptero, al que tenía apuntado en su teléfono como “Lobo”, para su rescate aéreo de un patio de recreación de Ezeiza.

Con él Alvarado ultimaba por mensajes de whatsapp todos los pormenores de su huida.

Tenía especial interés en regular el peso a trasladar en el habitáculo, a fin de que no fuera excesivo, para prevenir cualquier accidente.

También hablaba con alguien en libertad de su máxima confianza, apodado “Gringuito”, que coordinaba el plan de evasión.

Se lo identificó como Gianluca Orpianesi. Esta persona fue quien descendió de la Ecosport en horas de la noche en Rosario junto a una mujer.

Las charlas entre “Lobo” y Alvarado continuaron bajo interceptación. Se supo así que el plan de escape sería llevado a cabo este viernes 10 de marzo.

Definieron que fuera en horas del mediodía, ya que en esos horarios los internos salen al patio a ejercitar y a jugar al futbol.

En este sentido, Alvarado le remitió a “Lobo” dos videos donde se podía advertir la cancha de futbol que se encuentra en el interior de la cárcel de Ezeiza.

Alvarado se preocupó por conocer el sitio donde sería escondido el helicóptero luego de su empleo en el operativo de fuga. A ello, “Lobo” respondió que lo guardaría en un “galpón nuevo” de Open Door, ubicado a veinte minutos del lugar de la fuga, muy cerca de Luján.

El jefe criminal rosarino se preocupó detalle por detalle. Tuvo en cuenta no sólo la participación de aquellas personas que se ocuparían de la guarda y puesta a punto de la aeronave en la ciudad de Gualeguaychú, y la evasión de Ezeiza encomendada a “Lobo”, sino también su fuga final a través de la intervención de otros sujetos de su máxima confianza desde Open Door.

Las acciones de los investigados fueron monitoreadas en tiempo real durante diez días seguidos. De esta manera se comprobó el inicio de la ejecución del plan criminal.

Ante eso el juez federal de Lomas de Zamora Nicolás Kreplak ordenó el cese de la acción delictiva. Se inició un asalto sobre el helicóptero en vuelo, sobre la zona de recreo de la cárcel de Ezeiza y los domicilios de los involucrados.

Fue detenido Andrés Alcides Donnet, de ocupación piloto, domiciliado en Gualeguaychú. Era uno de los tres que llegaron en auto al hangar de Gualeguaychú. El otro era Orpianesi. Los otros no están identificados aunque sí la titularidad de los vehículos que usaban. Los fiscales federales que actuaron son Diego Iglesias de la Procunar y Cecilia Incardona de Lomas de Zamora.

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