Milagro de Entre Ríos presente en la beatificación del papa Juan Pablo I

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En una mañana envuelta por la tormenta, Albino Luciani fue declarado beato gracias a un milagro entrerriano.

El papa Francisco ingresó en silla de ruedas por el Braccio di Carlo Magno. Los rayos hicieron la apertura de la ceremonia. El rito tuvo partes en latín y excepcionalmente en este caso en castellano, debido a la participación del hermano y la sobrina del padre José Dabusti, sacerdote porteño que le rezó a Juan Pablo I ante la inminente muerte de una niña de 11 años, de Paraná, la capital de Entre Ríos, desahuciada por los médicos. Este milagro entrerriano fue la razón de la imponente ceremonia a la que llegaron delegaciones de todo el mundo.

Estaba presente el presidente de la Repubblica italiana, Sergio Mattarella, el primer ministro del principado de Mónaco, y el gobernador del Veneto, Luca Zaia. Entre los diplomáticos se encontraba la embajadora argentina ante la Santa Sede, María Fernanda Silva, primera mujer en ocupar este cargo en la historia nacional.

Milagro entrerriano presente en la beatificación del papa Juan Pablo I. Parte I.
Milagro entrerriano presente en la beatificación del papa Juan Pablo I. Parte II.

El papa Francisco en la homilía se refirió a aquellos líderes que, en momento de crisis sociales, cuando hay sentimiento de rabia, miedo o se ve amenazado el futuro, se aprovechan del miedo de la sociedad y prometen que solucionarán nuestros problemas, mientras en realidad, solo quieren acrecentar su poder. El papa Francisco advirtió que Jesús, gran líder, no era así.

El momento más emotivo fue cuando se descubrió la imagen del flamante beato, y el rostro de Luciani se volvió a ver en un balcón del Vaticano. Por primera vez el retrato de un pontífice en ocasión de su beatificación ha sido realizado por un artista chino, llamado Yan Zhang. Dos de sus obras con representaciones tibetanas, están conservadas en la colección del Vaticano. El artista plasmó la obra con el título “The smiling pope”.

La reliquia del beato la llevaron su sobrina, Pia Luciani, Sor Margherita Marin, una de las religiosas que encontró muerto a Luciani, el padre José Dabusti, la vicepostuladora de la causa Stefania Falasca, y el padre Davide Fiocco.

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El papa Francisco beatificó a su antecesor Albino Luciani gracias a un milagro entrerriano.

La reliquia se trata de un manuscrito de Albino Luciani de 1956, con reflexiones sobre las tres virtudes teologales, fe, esperanza y caridad, perteneciente al archivo de la fundación Vaticana Juan Pablo I.

El relicario realizado por el escultor bellunense Franco Murer, consta de una base en piedra que proviene de Canale D´Agordo, lugar natal de Juan Pablo I, y sobre ella se monta una cruz de madera de nogal que cayó durante una tormenta en la noche entre 29 y 30 de octubre de 2018.

Ernestina Della Corte Lucio, representante de los bellunenses en el mundo, comentó la importancia del uso de la madera de los nogales caídos en la tormenta ya que le costó la vida a dos personas, además de significar un estrago y gran pérdida de bosque para la tierra natal de Albino Luciani.

La joven periodista italoargentina enfatizó: “El relicario es doblemente significativo ya que como un fénix un pedazo de madera renació y pudo ser convertido en el relicario”.

Finalmente, el papa Francisco saludó cálidamente a los coterráneos de Albino Luciani que colmaron la Plaza San Pedro y se acercó a saludarlos con el papa móvil.

El milagro entrerriano contado por el Padre José Dabusti

“Cuando era párroco en la Parroquia Nuestra Señora de La Rábida comencé a ver a una mujer que se acercaba a rezar. Era Roxana Sosa. Tenía internada a su hija de 11 años en la fundación Favaloro. Yo frecuentaba las salas de ese sanatorio, visitando a los enfermos y a sus familias.

“Fue entonces que Roxana me cuenta la grave enfermedad que tenía su hija Candela, una encefalopatía grave.

“El 22 de julio de 2011 al mediodía, Roxana se acercaba para comentarme que su hija había contraído un virus intrahospitalario. Tenía neumonía y los médicos no creían que pasara la noche.

“Juntos, fuimos a la Fundación Favaloro en la terapia intensiva y nos acercamos al cuerpo de Candela que no pesaba más de 19 kilos. Una moción me llevó a proponerle una oración a Juan Pablo I. Roxana, yo y dos enfermeras presentes, pusimos nuestras manos sobre el cuerpo de Candela y yo hice una oración espontánea. No recuerdo exactamente las palabras que recé. Sí le pedí al Señor, que por intercesión de Juan Pablo I curara a Candela.

“Al día siguiente, Roxana se acerca a la parroquia y me cuenta que su hija, no sólo había pasado la noche, sino que había signos de mejoría. Fueron pasando los días, las semanas y Candela siguió su recuperación”.

Posteriormente ante la llamativa recuperación total de la niña el sacerdote informó lo sucedido al Vaticano y se inició un proceso que culminó con la declaración de esta curación como milagro ya que la ciencia no puede explicarla. Actualmente el padre José Dabusti es párroco en la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes, en el barrio porteño de Belgrano.

Son 18 los miembros de la familia Dabusti que se congregaron en Roma desde la Argentina y otras partes del mundo para acompañar al padre José.

Teresa, una de sus hermanas, considera este un hecho muy movilizador y conmovedor para toda la familia sobretodo tras la muerte de su madre en diciembre del año pasado.

De su hermano José recuerda que siempre era inquieto, travieso y le gustaba hacer chistes a los hermanos y sus padres. Teresa atesora en su memoria especialmente la imagen del poster que colgaba en el armario del cuarto del sacerdote cuando era un adolescente con el rostro de Luciani. También comenta que en su casa había un ejemplar del libro Illustrissimi escrito por el mismo Luciani. En la ceremonia no solo agradeció por el milagro del cual fue testigo su hermano, sino que pidió por la unidad de la Argentina en el contexto actual.

Los lazos de Juan Pablo I con la Argentina

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Candela Giarda, la niña entrerriana encomendada a Juan Pablo I.

Cuando Albino Luciani todavía no había alcanzado los tres meses de vida, su padre Giovanni se embarcó en Génova con destino a la Argentina. El padre de Albino como tantos otros italianos emigró a principios de 1900 para lograr mejores condiciones de vida en el contexto de una Europa en medio de las guerras.

En la Embarcación 33, el viernes 10 de enero de 1913 arribó al puerto de Buenos Aires. En el documento se pueden ver errores de transcripción, algo muy común en los datos de los inmigrantes.

Otro vínculo con la Argentina surge cuando ya como papa, Albino intentó mediar por la paz entre la Argentina y Chile en el conflicto por el canal de Beagle. Juan Pablo I, el 21 de septiembre de 1978, escribió una carta a los obispos de Argentina y Chile rogándoles para que medien para que el conflicto no siguiera escalando. Moriría una semana después y sería Juan Pablo II el que logró la paz en 1984.

Un hecho “milagroso” de Juan Pablo I en España

En la puerta de la emblemática archibasilica de San Juan de Letrán, donde ayer se llevó a cabo la vigilia de la beatificación, nos encontramos con el testimonio de Elvira Llorente que vino desde Ávila para acompañar la beatificación del papa Luciani, a modo de agradecimiento por haber salvado la vida de su sobrino.

En 2002 su familia se veía arrasada por sucesivas perdidas, su hermana había fallecido y a los meses un sobrino. Semanas después otro de sus sobrinos había tenido un accidente y se debatía entre la vida y la muerte. Elvira Llorente no era una mujer de fe pero en aquella trágica noche le imploró al papa Luciani para que su sobrino se salvara.

El joven recuperó la salud de inmediato. Ella había prometido al papa Luciani que si el joven no moría, visitaría su tierra natal. Con el paso de los años para cumplir su promesa golpeó la puerta de los Luciani en Canale D´ Agordo, la atendió Eduardo Luciani, el hermano más cercano de Albino y la señora solo pidió que le abriera la puerta para contarle su testimonio y a modo simbólico agradecerle por la gracia recibida. Anoche en Roma Elvira llegó invitada por la familia Luciani, y asegura haber recibido un milagro del papa Luciani.

A partir de hoy se espera un segundo milagro para que el nombre del beato Luciani se inscriba en el libro de los santos.

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