Profesoras de la ex Comercio 1 negaron que la rectora sufriera violencia de género

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Durante la tarde del miércoles, un grupo de profesoras de la escuela secundaria Nº 16 “Gerardo Victorín” (ex Comercio 1), llevó a cabo una conferencia de prensa en la que leyeron una Carta Abierta para explicar sobre las denuncias por acoso laboral contra la directora Iris Mattio.

La conferencia de prensa se realizó en el Salón de la Dirección de Derechos Humanos del Centro Cívico, ubicado en Pellegrini y Mitre.

Profesoras de la ex Comercio 1 negaron que la rectora sufriera violencia de género. Parte I.
Profesoras de la ex Comercio 1 negaron que la rectora sufriera violencia de género. Parte II.

“Actualmente hay 17 denuncias contra Mattios, de las cuales el 90 % son de mujeres, y el objetivo es que se sigan sumando ya que es muy difícil trabajar así, tanto para el personal educativo como para los chicos”, sostuvo una de las voceras del grupo, la profesora de inglés, Marina Milera.

“El 90 por ciento de las denuncias presentada contra Iris Mattio son de mujeres, por lo que no corresponde a un caso de violencia de género como ella argumentó, sino, en tal caso, violencia entre mujeres”, ratificó Milera ante Diario Junio, tras el encuentro.

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En conferencia de prensa, profesoras de la ex Comercio 1 aseguraron que tras las denuncias hubo más persecución e intimidación.

Respecto al reclamo en general, la docente resumió que exige “autonomía para dar los contenidos de su cátedra como corresponde”, y afirma que “están siendo obligadas a ser parte de un proyecto institucional donde las asignaturas fueron impuestas por grupos y después tienen que evaluar en función de esos proyectos”.

En cuanto a las denuncias puntualmente presentadas en la Dirección Departamental de Escuelas, la profesora aclaro que “son particulares y cada docente expuso su situación, pero en general se habla del destrato constante, persecución y acoso mediante actas injustificadas, lo que hace que se trabaje en un ambiente hostil donde no funciona el diálogo”.

Finalmente, Milera detalló que en este momento son 17 denuncias las que se formalizaron, pero ya tiene conocimiento de que hay nuevas situaciones que los colegas van planteando.

“La idea es seguir recopilando denuncias y esperar que la situación mejore porque es muy incómodo trabajar así, tanto para nosotros como para los alumnos en general”, concluyó.

Carta Abierta

A continuación, el texto íntegro presentado por las docentes_

Querida Comunidad Educativa de nuestra escuela, Comercio Nº 1; cómo la llamamos nosotras!! A todas las familias, tutores legales, alumnos, docentes y trabajadores de la Institución, y Comunidad en general.

Como son de público conocimiento los lamentables hechos que venimos sufriendo en nuestra escuela, nos vemos “obligadas” a tener que desmentir y aclarar esta penosa situación. Nunca imaginamos tener que llegar hasta acá.

Somos un grupo de mujeres trabajadoras, docentes y no docentes, somos la voz de muchas que no se animan a reclamar por sus derechos, por miedo a seguir siendo reprimidas, perseguidas o incluso perder su única fuente de ingreso en sus hogares.

Esto no es de hoy, venimos siendo perseguidas, sancionadas y silenciadas desde hace varios años, pero se incrementó desde el año 2020. Otras ya no trabajan con nosotras pues se sintieron abatidas, solas, cansadas del maltrato, se vieron obligadas a dar un paso al costado para preservar su salud y la de sus familias por lo tanto renunciaron o concursaron en otros lugares; a otras, no les dieron continuidad en horas concursadas por proyecto por el solo hecho de no estar de acuerdo con las ideas de la rectora y de manifestarlo.

Son más de 17 las denuncias que hemos presentado, y seguirán sumándose colegas que están venciendo sus temores. 40 firmas avalando las mismas, en las que el 90% somos mujeres. Los derechos en los que la Sra. Rectora funda sus declaraciones, son los que ella misma nos viene vulnerando: violencia de género, maltrato verbal y psicológico, persecución laboral, acoso laboral, discriminación racial, discriminación política e ideológica.

No fueron una sino cientos de veces, las que nos acercamos a hablar, para tratar de resolver los problemas institucionales y pedagógicos que han surgido porque creemos en el diálogo constructivo. Lamentablemente, no hemos sido escuchadas o simplemente las últimas palabras las tenía y la sigue teniendo la Sra. Rectora, con una frase repetida “La que manda soy yo”, “Acá se hace lo que yo digo” tal como expresamos en nuestras denuncias presentadas en la Dirección Departamental de Educación. Tampoco tenían valor las decisiones del resto del Equipo directivo como así también las sugerencias del Consejo Consultivo de la Institución. La señora nos ha faltado el respeto en reiteradas oportunidades, nos prejuzga, nos tilda de haraganes, de malos docentes, de incompetentes. Agrede verbal y gestualmente. Casos concretos se han plasmado en las denuncias elevadas a departamental.

Estamos cansadas, asustadas, perseguidas, sufriendo daño psicológico y no podemos trabajar tranquilas. Nos vemos en la obligación de realizar proyectos pedagógicos interdisciplinarios agrupando espacios de manera arbitraria, carentes de coherencia y relevancia. Por supuesto que, impuestos de manera unilateral y viéndose afectados nuestro desempeño pedagógico por no poder desarrollar los contenidos de nuestras materias, lo que repercute, por desgracia, en nuestros estudiantes, quienes no están accediendo a los contenidos específicos disciplinares fundamentales para su formación. Nos impone hacer lo que ella dispone aun cuando le explicamos que no es conveniente para los estudiantes. Los vicerrectores hacen lo que ella ordena. No atiende jamás a reclamos, sugerencia de ninguna de las partes.

Como si no fuera suficiente, luego de haberse conocido nuestras firmas y denuncias por escrito, comenzamos nuevamente a ser perseguidas e intimidadas por parte de directivos y familiares de la rectora que trabajan en la escuela. Las acciones van desde: mensajes por WhatsApp fuera del horario laboral, planteos y cuestionamientos en plena sala de profesores e incluso a puertas cerradas y de manera individual, involucrando a nuestras familias.

Por todo lo expuesto y bajo el resguardo de la “Nueva Ley contra la Violencia y el Acoso Laboral” Ley 27580, en la que nuestro país es pionero, habiendo sido el tercero en adherirse y ratificando el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo. Nos convocamos en el Salón de la Dirección de los Derechos Humanos Sede Concordia, para sentar un precedente, para que no vuelvan a ocurrir estos hechos repudiables, por nosotras y por todas las mujeres y trabajadores de nuestra escuela o de cualquier otra institución pública en la que ocurriesen hechos similares. La autoridad se gana y se construye con solidaridad, respeto por el trabajo del otro, y una conducta ética intachable. Bregamos por una escuela democrática, participativa de todos y para todos, acorde a las necesidades sociales de esta época. Solicitamos a todas aquellas Instituciones y Organismos que se hagan eco de nuestros reclamos para encontrar una solución a esta situación tan dolorosa para nuestra comunidad.

Agradecemos a todos los aquí presentes y quedamos a la espera de una solución para todas nosotras.

Fuente: LT15 y Diario Junio.

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