Hubo tres personas heridas por rayas en un arroyo y en el río Uruguay

Con preferencia por los fondos arenosos, donde se encuentra semienterrada, las rayas de agua dulce son uno de los peligros ocultos en el río Uruguay y arroyos de la región y, en este verano, se ha documentado que tres personas resultaron heridas por su venenoso aguijón.

En este caso, quienes sufrieron las consecuencias de los latigazos de los animales fueron dos personas que se encontraban en la margen oriental del río y otra que ingresó a un arroyo, las que debieron ser asistidas en el Hospital Escuela del Litoral, de la ciudad uruguaya de Paysandú.

Las heridas de las víctimas fueron en pies y piernas y, según el médico que atendió a los pacientes, Renzo Nikitczuk, son muy dolorosas porque la raya tiene un aguijón en la cola de unos cinco centímetros.

Al respecto, el profesional alertó a los bañistas para que tengan cuidado por eventuales picaduras en zonas altas del cuerpo que puedan dañar algún órgano.

“El veneno se inactiva con el agua caliente, por eso es necesario colocar de inmediato el pie en un balde con agua caliente. Si se tiene a mano alguna crema antibiótica aplicarla en la herida, porque tiene muchos gérmenes, y ceñir herida con una venda para que no sangre, y luego concurrir para tener una atención médica”, explicó el médico a El Telégrafo.

La herida, en tanto, genera mucho dolor, que aumenta durante los primeros 30-60 minutos, alcanzando su máxima intensidad en menos de 90 minutos. Puede persistir dos días mientras va disminuyendo progresivamente. Generalmente se localiza en la zona que rodea la herida, pero se extiende rápidamente, llegando a alcanzar la ingle o la axila.

“En la Sala de Emergencias administramos antibiótico intravenoso. Y depende si la herida fue muy profunda o que sean más de una, donde se empieza a comprometer la zona afectada con muchos signos de infección que requiera tratamiento más extenso, se ingresa al paciente”, dijo el profesional.

“En nuestro caso, el primer paciente permaneció internado porque queríamos asegurarnos y conocer bien de qué se trataba la picadura. Si bien sabíamos que era veneno benigno, teníamos que asegurarnos que no afectara el pie o lo necrosara. Y también teníamos dificultad de contactarnos con Toxicología de Montevideo, que siempre estamos consultando por estos casos y son quienes nos guían un poquito”, precisó Nikitczuk