Inspirado en el albatros: Así es el dron de hidrógeno que se prepara para cruzar el Atlántico Sur sin escalas

Un dron con alma de pájaro y corazón de hidrógeno se prepara para revivir una de las mayores hazañas de la aviación. Inspirado en el vuelo eficiente del albatros, un equipo de ingenieros franceses desarrollará la primera travesía transatlántica de una aeronave 100% eléctrica y autónoma, uniendo Senegal y Brasil en un viaje que marcará el futuro de la aviación sostenible.
Casi un siglo después de que el legendario piloto Jean Mermoz uniera por primera vez el Atlántico Sur en un vuelo comercial sin escalas en 1930, la historia se prepara para repetirse, pero con los protagonistas del siglo XXI. Un equipo de investigadores del prestigioso Instituto Superior de Aeronáutica y Espacio (Isae-Supaero) de Toulouse se ha propuesto replicar la ruta de 3200 kilómetros entre Senegal y Natal (Brasil), sustituyendo el avión de Aéropostale por un dron de propulsión eléctrica.
El proyecto, bautizado “Dron Mermoz” en homenaje al pionero, no es solo un tributo al pasado, sino un audaz salto hacia el futuro. “Hay una serie de desafíos tecnológicos que tendremos que superar para alcanzar este objetivo, que sería la primera travesía de una aeronave completamente eléctrica del mundo”, explicó Nikola Gavrilovic, investigador postdoctoral en Isae-Supaero, durante la presentación del proyecto en la FAPESP Week Francia.
El secreto está en la naturaleza y el hidrógeno
Para lograr esta proeza, los ingenieros han combinado dos innovaciones revolucionarias: la biomimética y la propulsión por hidrógeno.
El diseño aerodinámico del dron se inspira directamente en el albatros. Estas majestuosas aves son maestras del vuelo eficiente, capaces de recorrer casi mil kilómetros diarios sin apenas batir sus alas. Su secreto es una técnica de planeo dinámico que aprovecha las turbulencias y los gradientes de viento para ganar energía. “Ascienden contra el viento y descienden a favor de él. Podemos replicar esa estrategia en la aeronave que estamos desarrollando”, afirmó Gavrilovic.
Sin embargo, la eficiencia en el vuelo no es suficiente. El verdadero reto para una travesía tan larga es la energía. Las baterías de litio actuales, comunes en drones comerciales, simplemente no tienen la capacidad necesaria. “No es posible utilizar las actuales baterías de litio, que poseen una densidad energética baja para esta finalidad”, sentenció el investigador.
La solución es el hidrógeno. El equipo está desarrollando un sistema de propulsión basado en celdas de combustible de hidrógeno, que ofrecen hasta cinco veces más energía por hora de vuelo que las baterías de litio para el mismo peso. Pero esto introduce un nuevo desafío: el calor. “Al generar mucha electricidad, también se produce mucho calor. Uno de los desafíos (…) está en evacuar ese calor”, puntualizó Gavrilovic.

Un prototipo que ya vuela
Para ir un paso más allá, el equipo está explorando el uso de hidrógeno líquido. Almacenar el combustible a una temperatura criogénica de -253 °C permite triplicar la cantidad de hidrógeno a bordo en el mismo volumen, multiplicando así la autonomía del dron.
El proyecto ya ha superado la fase teórica. En noviembre de 2023, los investigadores realizaron un vuelo experimental con un prototipo para medir parámetros clave del sistema de propulsión. El dron, que en su versión final pesará menos de 25 kilos, estará conectado permanentemente a un sistema de comunicación por satélite. “Esto permite cargar y actualizar la ruta según las condiciones meteorológicas en tiempo real”, explicó Gavrilovic.
Con esta combinación de sabiduría natural y tecnología de vanguardia, el “Dron Mermoz” no solo busca conquistar el Atlántico Sur, sino también demostrar que la aviación de largo alcance, autónoma y libre de carbono no es ciencia ficción, sino un horizonte cada vez más cercano.