Río Paraná: La importancia de pensar lo ambiental, lo social y lo económico

alt="en la imagen puede verse una draga trabajando en el río Paraná"
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A partir del 14 de septiembre, el Estado nacional volverá a hacerse cargo de la red troncal fluvial a través de la Administración General de Puertos. Hay dos aspectos centrales. Por un lado, el cobro de peaje a los barcos estará en manos del Estado. Por el otro, vence la prolongación de la concesión a Jan de Nul, que se encarga de realizar las tareas de dragado y balizamiento.

Melina Devercelli, investigadora del CONICET e integrante de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Instituto Patria dialogó con Úrsula Asta en Radio Gráfica sobre la red troncal fluvial y la importancia de pensar lo ambiental, lo social y lo económico. “Hay que hacer un estudio de impacto de cuál es el límite que tiene el sistema para tolerar el dragado”, opinó.

UA: Se conoció esta licitación corta en la cual el Estado, entre otras cosas, vuelve a cobrar el peaje. ¿Cuál es tu mirada al respecto?

– Desde que se empezó a discutir, desde que finalizó la concesión después de tantos años que estuviera en manos de Hidrovías S.A., fue un ir y venir de distintas medidas. Creemos que esto está muy bien, que vamos a volver a retomar parte del control y va a dar tiempo para que nos vayamos preparando. En todos estos años, nuestros puertos, la forma en la que se navegó el río estuvo en manos de multinacionales, de la empresa Jan de Nul, de sus dragas. Entonces, hay que empezar a pensar el tema de la navegación del Paraná con otra lógica. Cuando surgió la Hidrovía en los ’90, cuando se cristaliza esta concesión definitiva para que se empiecen a hacer obras para aumentar la navegabilidad del río, no se pensaba en términos de soberanía y en términos de crecimiento nacional. Además, una cosa que no es menor, sino que es fundamental y creo que tenemos que transformar, es que esto surgió en un contexto legislativo deficitario. La cuestión ambiental no se pensaba. Entonces, ahora creo que hay que dar esa vuelta y pensar conjuntamente, lo ambiental, lo social y lo económico.

UA: ¿Cómo se puede incluir el tema ambiental?, ¿Cómo debería ser ese modelo nacional popular que permita administrar pero que tenga esta mirada que estás aportando?

–Que tenga un uso sostenible del río básicamente, porque además la hidrovía es uno de los usos que se hace en el río. Pensar en términos integrales el uso del río, eso es una cuestión. Primero, toda gran obra tiene que tener incluido un estudio de impacto, eso fue lo que nunca se hizo. Se hicieron algunos estudios, algunos lo hizo la misma empresa, lo cual si eso después no es controlado luego no tiene sentido. Tiene que incorporarse un estudio de impacto ambiental que se exija, serio, e integral de la cuenca. Nunca se hizo el estudio del impacto que produce el dragado en el sistema. El dragado lo que hace es extraer del fondo el sedimento, y ese sedimento es el hábitat de un montón de organismos invertebrados, que habitan el fondo del río y que son parte de la trama trófica. Si queremos peces en el río, tenemos que mantener también el resto de los organismos. Otra cosa que produce el dragado es que resuspende sedimentos. Esos sedimentos, si bien nuestros ríos son turbios, aumentan la cantidad de sedimento en la columna de agua y eso disminuye que la luz pueda penetrar, y afecta a las comunidades que llamamos plantónicas, que viven suspendidas, como las microalgas, como el zooplancton, de las cuales se alimentan los peces. Entonces, hay que hacer un estudio de impacto de cuál es el límite que tiene el sistema para tolerar el dragado. ¿Podemos dragar? Sí, se puede dragar pero ¿hasta cuánto? ¿en qué medida? ¿con qué dragas? Porque no da lo mismo el tipo de dragas que se usa. Hay un tipo que lo que hace es tomar los sedimentos del fondo y largar como si fuese un chorro por un caño, y eso es depositado en el mismo río, otras veces en los márgenes del río. Supuestamente hay áreas específicas en las que deberían hacerse esos depósitos, pero a veces no se respetan. Esas dragas son las más dañinas porque terminan enterrando todo lo que está abajo.

UA: ¿Hay lugar para discutir esto?

-En este momento en el Consejo Federal de Hidrovía, que se creó el año pasado cuando se empezó a dar el debate con el fin de la concesión, hay una comisión ambiental y esos temas se están discutiendo. Pero en el debate público estos temas no están o se habla de impacto ambiental, pero no se sabe el alcance. No es lo mismo el tipo de buque que navegue en el río. No es lo mismo que tengamos buques oceánicos o transoceánicos que estén llegando hasta una parte de la Hidrovía, que si tenemos otro tipo de embarcaciones que puedan requerir menos dragado, que produzcan menos oleaje, porque ese es otro aspecto. El oleaje que producen también va alterando el paisaje, la fisonomía y la vegetación de los márgenes.

UA: Sos parte de un proyecto interinstitucional de temas estratégicos que tiene que ver con la articulación entre instituciones del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. ¿De qué se trata eso?

-Soy bióloga y trabajo en el Instituto Nacional de Limnología, y uno de los temas de estudio es los aspectos ecológicos y de biodiversidad del Paraná. Ahora el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, el año pasado, lanzó una propuesta de financiamiento, que es el proyecto interinstitucional en temas estratégicos, justamente para apoyar la articulación entre las distintas instituciones del sistema nacional de Ciencia y Tecnología del país. Y no solo eso, sino para fortalecer diálogos con otras instancias, con gobiernos locales y nacionales, con las localidades, con las personas, con la ciudadanía. Esta es una herramienta nueva para el sistema científico y que pone a trabajar en conjunto a distintas instituciones y distintos expertos. Esto es otra cosa que necesitamos hacer. No se puede abordar a los sistemas fluviales desde una problemática, sino que hay que abordarlos integralmente. Por ejemplo, en el río Paraná, en esta pandemia nomás, tuvimos los problemas de los incendios; el de la floración de las bacterias, que fue bastante fuerte en la zona del Delta, que son esas partes verdosas tóxicas que se produjeron en zonas incluso donde se utilizaba agua para consumo, lo cual trajo un problema terrible; el tema del manejo de las represas ¿hay que largar agua o no hay que largar agua de las represas? Eso está directamente relacionado con la navegabilidad del río, porque cuando hablamos de hidrovía, hablamos de navegar el río en términos comerciales: ¿Cómo hay que hacerlo? ¿Hasta el infinito? ¿Eso tiene un límite? ¿Qué pasa con los territorios que la hidrovía de alguna manera también se va apropiando? ¿Qué pasa con el comercio interno? ¿Qué pasa con las prácticas vinculadas al río de los pobladores locales? Son cosas que hay que pensar. En este proyecto interinstitucional, que todavía está en evaluación, somos 23 instituciones desde la Universidad de Misiones, Formosa, instituciones de Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. Esa es otra cuestión. La cuenca nos desafía en términos longitudinales. No podemos pensar la problemática acá en Santa Fe, sino que hay que trabajarla en toda su extensión, en términos federales. Con este proyecto lo que queremos es reunirnos desde distintas disciplinas y dar una mirada integral al río. Hay desde antropólogos y antropólogas hasta biólogos e hidrólogos, personas que están trabajando en el tema de sedimentos. También participan instituciones como el CONICET, como nucleando a los distintos institutos, el Instituto Nacional del Agua, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y el Instituto Universitario de Seguridad Marítima, que es de la Prefectura Naval.

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